La llegada del excéntrico Boris Johnson a la Alcaldía de Londres, un cargo que ha arrebatado al laborista Ken Livingston, será una prueba arriesgada para los conservadores antes de las legislativas previstas antes de 2010.

Algunos minutos después del anuncio oficial de su victoria el viernes por la noche, el nuevo alcalde la capital inglesa, que tendrá que gestionar un presupuesto de 14.000 millones de euros, aseguró a los londinenses que trabajaría «de un tirón» para estar a la altura de las expectativas de sus electores y conquistar al resto.

Según su entorno, a partir de hoy empezará a poner en marcha sus principales promesas de campaña, como la lucha contra la criminalidad en los transportes públicos mediante el reclutamiento de 440 policías para el metro y los trenes y la instalación de detectores de metales en las estaciones. También realizará una encuesta sobre la instalación el año pasado de un impuesto antiembotellamiento que grava el acceso en coche a la ciudad.

«Los últimos días han sido muy estimulantes y muy agotadores, pero ésta es la tarea más interesante de la política británica», señaló Johnson el domingo en Trafalgar Square, donde se celebrara el Año Nuevo sij.

Al arrebatar a Livingstone el puesto creado en 2000, Johnson ha entregado al Partido Conservador su primer cargo importante desde la llegada al poder de los laboristas de la mano de Tony Blair en 1997. Servirá de escaparate político al jefe de los tories, David Cameron, de cara a las próximas elecciones legislativas, previstas antes de mayo de 2010.

El domingo, al lanzar su campaña de reconquista de los británicos, el primer ministro, Gordon Brown, señaló que Londres sería «un experimento para el Partido Conservador».

«Los conservadores han tenido una muy buena técnica de promoción, hábil e impresionante. Pero, ¿dónde está el contenido? Eso es lo que vamos a ver a partir de ahora», añadió Brown.

Para Andrew Rawnsley, editorialista de «The Observer», «al dar Londres a Johnson para que se divierta, los londinenses han aceptado generosamente participar en que el proyecto piloto del conservadurismo al estilo de Cameron pueda trasladarse al resto del país».

Banco de pruebas

«Si hunde la capital, ya puede prever el eslogan de los laboristas para la próxima campaña electoral: `No dejen que Cameron haga en el Reino Unido lo que Boris ha hecho en Londres'», añadió Rawnsley.

Los observadores han destacado que la gestión de Johnson, antiguo periodista, podría ser un regalo envenenado para Cameron.

La cuestión consiste en saber si el alcalde Johnson desempeñará el papel de «Boris, el bufón», ya que el gran público le conoce más por su humor coloquial y sus repetidas meteduras de pata que por su acción en la circunscripción de Henley, donde es diputado desde 2001.