Maider López (Donostia, 1975) utilizará «un gigantesco juego de perspectivas» en ambas intervenciones, en las que colaborarán cientos de habitantes de ambas ciudades.

Preocupada en sus inicios por la transformación de los espacios interiores para establecer un diálogo entre la arquitectura y el resto de artes plásticas, la artista ha evolucionado hacia creaciones en el exterior en que las personas dejan de ser meros espectadores para convertirse en sus «auténticos constructores».

Fruto de esta última inquietud son obras como ``Ataskoa'' (2005), en la que congrego a 400 personas en 180 automóviles para crear un gigantesco atasco en Intza o la más reciente de 2007, en la que hizo desaparecer el famoso puente de las Cadenas de Budapest. En este último caso, la artista utilizó a 4.200 vecinos «armados» de paraguas de color verde y abiertos para camuflar el puente, que por unos minutos paso a convertirse en una parte más del Danubio.

«Con esta descontextualización de los objetos y con la extrañeza que generan lo que pretendo es que la gente reflexione sobre lo absurdo de muchas realidades cotidianas», afirma la creadora, quien cree que su obra tiene similitudes con el land-art que desarrolla Christo «empaquetando» edificios o con lo que hace Spencer Tunick. Este fotógrafo se ha especializado en grandes instantáneas de grupos humanos desnudos en lugares emblemáticos del mundo. «Con respecto a Christo hay un punto de partida similar, aunque en el desarrollo hay intereses distintos. Yo hago especial hincapié en la gente, en su capacidad de transformación y no tanto en lo que se genere. En cuanto a Tunick, ambos empleamos a grupos de gente, aunque mi obra se diferencia de la suya en que nunca repito una acción como él», explica.