Perfil | Bertie Ahern
Éxito en el norte de Irlanda y fracaso en las políticas sociales
Soledad GALIANA
Es significativo que el último acto público del primer ministro irlandés Bertie Ahern fuera la inauguración junto con el primer ministro norirlandés Ian Paisley de un centro en el valle del Boyne, donde hace 318 años, católicos y protestantes se enfrentaron en una batalla que determinó el futuro de la monarquía británica y ha sido el símbolo de los protestantes para significar su preponderancia política sobre los nacionalistas en el norte de Irlanda.
Ayer, Ahern y Paisley usaron dos espadas de la época para marcar el primer aniversario de su encuentro en este mismo lugar, celebrar la reapertura de un centro de interpretación histórica, y plasmar la salida de ambos de la política irlandesa.
Ahern reconoció que el éxito de las negociaciones en el proceso irlandés es el punto álgido de su carrera política por lo que ha querido irse rememorando este episodio. Horas antes de abandonar sus once años al frente de la jefatura del Ejecutivo de Dublín, visitó a la presidenta Mary McAleese en su residencia de Áras an Uachtaráin, donde presentará su carta de dimisión.
¿Es esto el fin de su carrera política? No hay duda de que las ambiciones de Ahern no han tocado techo, y a su confesión de que le hubiera gustado permanecer un año más como primer ministro, le siguen las suposiciones de que tiene sus ojos puestos en la Presidencia del Consejo Europeo -que entrará en vigor si los irlandeses aprueban el Tratado de Lisboa el próximo 12 de junio- o, como apunta Paisley, la posibilidad de que aspire a suceder a McAleese como presidente de Irlanda. Por ahora, Ahern se ha comprometido a seguir representando a sus votantes en el Parlamento de Dublín hasta las próximas elecciones generales.
Ahern se hizo con el liderazgo de Fianna Fail en 1994. Fue elegido primer ministro con tan sólo 45 años en 1997, y reelegido en 2002, y 2007, lo que significa que fue el premier más joven en la historia de la República irlandesa y el político que más tiempo se ha mantenido a la cabeza del Ejecutivo de Dublín después del fundador de su partido, Eamon de Valera. Además, rompió el molde de la política irlandesa por ser el primer político católico irlandés separado de su compañera con la que tiene dos hijas, Cecilia y Georgina.
Ahern ha mantenido su escaño en el Parlamento durante 31 años -elegido por Dublín-Finglas en 1977- y ha formado parte del gabinete por un total de 21. A ello se suma el año que fue alcalde de Dublín en 1986, cuando políticos irlandeses podían mantener, además de un escaño en el Parlamento, una concejalía. También encabezó el gabinete durante la Presidencia irlandesa de la UE, por lo que considera que no puede «quejarse».
El Gobierno de Ahern ha liderado el «Tigre Celta», como se denomina al boom económico que ha convertido a la economía irlandesa en la más rica de la Unión Europea, marcada con bajas tasas de desempleo y el fin de la emigración irlandesa, que ha sido sustituida por la llegada de trabajadores de toda la UE.
Sin embargo, lo que Ahern ha decidido ignorar es que los beneficios económicos no se han traducido en mejoras sociales y que, en estos momentos, Irlanda debe afrontar la crisis del sector sanitario y educativo, y la ruptura social que su Gobierno no ha sabido o querido resolver. Un legado que dice poco a su favor si se tienen en cuenta sus orígenes.
Ahern proviene de una zona obrera de Drumcondra, en Dublín. Su padre luchó en la guerra de independencia contra Gran Bretaña entre 1919 y 1921, y en la guerra civil que se desató en Irlanda tras la firma del tratado de paz que dividía la isla.
Investigado e interrogado
A sus raíces republicanas se une la típica educación católica dispensada por los Christian Brothers, y un periodo en la universidad UCD y la Escuela de Comercio en Rathmines. Hace unos años se descubrió que Ahern pudo haber mentido en su currículum al incluir que se había graduado en la prestigiosa London School of Economics, cuando ni siquiera había sido admitido.
Ahern es conocido por su capacidad para arreglar problemas, como la negociación de un acuerdo entre su partido y sus socios en la coalición de Gobierno en 1989, y la resolución de una crisis de Gobierno en 1991.
«El más habilidoso, el más taimado, el más astuto de todos». Así le definió el primer ministro Charles Haughey, que le nombró ministro de Finanzas en 1987, y para quien Ahern firmó cheques en blanco, tal y como se descubrió durante una investigación sobre corrupción.
Precisamente, han sido estas sospechas las que han forzado su dimisión. A pesar de ser conocido como el «primer ministro antiadherente», en alusión a su facilidad para evitar escándalos, su Gobierno se ha caracterizado por las continuas acusaciones por «actuaciones indebidas», y pagos a Ahern por parte de constructores. Por estas cuestiones, ha sido interrogado en tribunales públicos. Además, la investigación sobre sus asuntos financieros sigue su curso, pese a dejar la vida pública irlandesa.