Los detenidos por la Policía autonómica son Sendoa Jurado, Mikel Petuya, Unai Frías, Héctor Franco y Gorka Serna, sobre los que pesa el auto firmado por el magistrado Pablo Rafael Ruiz Gutiérrez de «detención comunicada». El Departamento de Interior del Ejecutivo de Lakua vincula a los arrestados y a otros dos jóvenes a los que no localizó -con edades entre los 22 y 30 años- con actos de kale borroka llevados a cabo en los últimos meses en Ezkerraldea.

En la casa de uno de los dos jóvenes que no fueron localizados, la Policía tiró la puerta abajo y procedió a su precinto. A la persona que compartía techo con él se le impidió acceder y se le remitió a presentar una denuncia en el Juzgado. El domicilio de los padres del buscado, en Gurutzeta, fue también registrado por los agentes a las órdenes de Javier Balza.

Alrededor de las 6.25 era apresado Sendoa Jurado cuando salía de casa con su padre para ir a trabajar. Al no presentar ninguna orden, situación que se repitió en otros casos, el padre se negó a que la Ertzaintza entrara en la vivienda. Antes, trataron de impedirle que llamase al timbre del portal de la calle Bizkaia para informar a su esposa.

La actitud del padre obligó a los ertzainas a aguardar la llegada del secretario judicial con la orden, acompañado del arrestado, hasta las 8.40. Antes, durante más de una hora, los policías trataron de que la madre sacase a una perra del piso y les dejase a ellos solos en su interior.

Los progenitores conocieron la razón de la detención de su hijo de boca del secretario. Además, durante las tres horas largas que duró el registro permanecieron a su lado, apoyándole, al igual que lo hicieron los allegados de Unai Frías, otro de los apresados por la Ertzaintza.

Muestras de solidaridad

En el exterior, las muestras de solidaridad con Jurado no se hicieron esperar y fueron decenas los vecinos que se concentraron en la calle Bizkaia para reclamar su libertad y la del resto de detenidos. A las 12.30, al abandonar la vivienda en compañía de los policías, una fuerte ovación le recibió; antes de ser introducido en un vehículo policial, pudo oír consignas como «Borroka da bide bakarra», «Jo ta ke, irabazi arte» y «Euskal gazteria aurrera». El Paseo de los Fueros y la Avenida de la Libertad estuvieron tomados por policías armados durante toda la mañana.

A las 7.15 era abordado en una calle del barrio de Gurutzeta Mikel Petuya que, acompañado de su padre, iba a coger el metro para dirigirse a su trabajo en un euskaltegi. Cinco o siete personas, según el relato de su padre, se echaron encima del joven, a quien empujaron contra una persiana mientras gritaban que «eran ertzainas». El padre les recriminó su actitud «agresiva» y les exigió «un poco de respeto» mientras esposaban a su hijo.

El joven fue trasladado a la comisaría de La Campa, en Erandio, de donde salió para el registro de su domicilio en la calle Magallanes, en Gurutzeta, sobre las 8.15. Los agentes no enseñaron a sus familiares ni la orden de detención ni la de registro a pesar de su insistencia, y tampoco les dejaron estar durante el tiempo en que estuvieron en el interior de la vivienda.

A las 8.40 fue cuando la Ertzaintza, provista de herramientas de asalto, aporreó la puerta del piso de la calle Letxezar, en Lasesarre, que comparte Héctor Franco con otras personas. El detenido fue quien abrió y les preguntó la razón de su arresto, a lo que los policías respondieron enseñándole el auto de la Audiencia Nacional y ordenándole que se vistiese.

Mientras, pidieron a los jóvenes que comparten piso con Franco que hiciesen lo propio y abandonasen la vivienda, después de pedirles la documentación. Tan sólo dejaron a su compañera estar unos minutos más antes de comenzar el registro, que finalizó en torno a las 12.30.

Durante tres horas, aproximadamente, revisaron todas las habitaciones, no sólo las del arrestado, llevándose al menos dos cámaras digitales, CDs de diseño gráfico y otros objetos de Héctor Franco y sus compañeros.

En el domicilio de Gorka Serna, apresado cuando lo abandonaba sobre las 7.00, los miembros de la Policía Científica, acompañados de la secretaria judicial, se llevaron ordenadores, discos duros y algún objeto electrónico más. A su letrada, que estuvo en la vivienda de la calle Ganekogorta mientras efectuaban el registro entre las 8.45 y las 10.45, le comunicaron que a Serna se le imputa un delito de «terrorismo con estragos e incendio».

Dentro del mismo operativo policial, varias furgonetas de la Policía autonómica acudieron sobre las 7.30 al gaztetxe situado en el número 5 de la calle Errekatzu, en el barrio de San Vicente de la localidad fabril, donde, tras romper la puerta de cristal de la entrada, procedieron a registrar y precintar el local. Varias dotaciones policiales permanecieron en el exterior de Makala, aguardando que llegasen a la tarde todos los detenidos para el registro, tal y como constaba en el auto judicial.

Agentes de la Ertzaintza también se desplegaron en la calle Apuko, del barrio de Bagatza, a donde fueron trasladados los cinco jóvenes arrestados, y en la céntrica calle Bizkaia, donde registraron otras lonjas hasta primera hora de la tarde, según vecinos de la zona.