Aquello que decía Pier Paolo Pasolini de que en el marxismo cristiano estaba la verdadera revolución lo mantiene su colega Ermanno Olmi, quien sigue hablando de las enseñanzas del Evangelio al margen de El Vaticano, de la misma manera que aboga por el aprendizaje vital fuera de las Universidades y de la Cultura Oficial. El veterano cineasta italiano afirma que «Cien clavos» es su última película de ficción y que piensa dedicarse en exclusiva al documental, al igual que en su día lo hizo Rossellini.

Olmi dice adiós al cine narrativo con una obra muy en la línea de «La leyenda del santo bebedor», porque su protagonista también es un iluminado, un profesor arrepentido que deja la estudiantil Bolonia para irse a la cuenca del río Po. Allí inicia una nueva existencia mesiánica, dedicada a cultivar las relaciones humanas.