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Cruces impulsa una técnica para reducir los partos por cesárea

El Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Cruces está impulsando una técnica que permite cambiar la posición del feto dentro de la placenta, en caso de presentarse de nalgas, evitando así en el 54% de las ocasiones las cesáreas y facilitando el parto a la madre y a su bebe.

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Agustín GOIKOETXEA |

El cambio de la posición del feto de nalgas a cefálico o de cabeza, que permite evitar la cesárea y que el parto sea vaginal, es una técnica «antigua», «rejuvenecida» y promocionada en los últimos seis años por el Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Cruces. El porcentaje de éxito ha alcanzado el 54% con las 700 mujeres a las que se les ha practicado desde 2002; de cada cuatro casos se evita una intervención quirúrgica.

Del millar de embarazos que se presentan de nalgas en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, gracias al impacto de la técnica promovida por el hospital vizcaino, se practican tan sólo 425 cesáreas. Esta posibilidad se ofrece a todas las embarazadas, aunque luego los médicos tienen que sopesar su efectividad.

La presentación de nalgas, también denominada pélvica o podálica, ocurre en el 5% de los partos a término, siendo mucho más frecuente en etapas más precoces de la gestación. La cesárea -apuntó Julen Ballestero, director médico de Cruces- incrementa el tiempo de hospitalización, así como el riesgo para la madre y el bebé.

A pesar de que la versión cefálica externa es un método conocido y con base científica, Ballestero lamentó que sean pocos los centros sanitarios vascos que la práctiquen. En su afán por extenderla, facultativos de la unidad de partos, bajo la dirección del doctor Juan Carlos Melchor, han elaborado un novedoso índice predictivo, basado en la paridad, el lugar de la placenta y las características de las nalgas que ayuda al médico a conocer de antemano las posibilidades de éxito de la técnica.

Luis Fernández-Llébrez, responsable del área de partos, explicó que la maniobra, que definió de «sencilla» y que dura alrededor de cinco minutos, la realizan al menos un obstreta y una matrona tras administrar a la embarazada una medicación para relajar el utero y la pared abdominal.

Mediante una ecografía se determina la posición y tamaño del feto, situación de la placenta y cantidad de líquido amniótico. La primera maniobra que se efectúa es tratar de sacar el feto de la pelvis materna, desplazando la cabeza hacia uno de los lados, pero nunca -puntualizan los ginecólogos de Cruces- se debe intentar bajar la cabeza hasta la pelvis sin que ésta esté libre de las nalgas.

Una vez se ha conseguido sacar el feto fuera de la pelvis, se aplica un movimiento de rotación con ambas manos en direcciones opuestas, subiendo las piernas que se han desplazado hacia un lado y al mismo tiempo intentar mover la cabeza hacia el otro extremo y hacia la pelvis, con la intención de rotar al feto. «El momento determinante es el paso del ecuador por la columna fetal, lo que debe lograrse con ambas manos a la vez», subrayan desde el Servicio de Ginecología y Obstetricia.

Los diferentes responsables médicos del Hospital Cruces no perdieron ayer la ocasión para animar a las embarazadas cuyo feto esté de nalgas a optar por esta solución y evitar así pasar por el quirófano.

Todo se resuelve con unas pruebas y una entrevista con la paciente, según explicaron.

El doctor Luis Fernández-Llébrez, especialista en variar la presentación de los partos de nalgas a cabeza, viene recomendando tambien realizar una prueba de parto a todas las mujeres que hayan tenido una cesárea anterior. «La tendencia es a repetir la cesárea a mujeres que ya han sufrido una, cuando está demostrado que es factible intentar un parto vaginal en estas mujeres», manifestó a este respecto.

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