Los flamencos fuerzan a debatir la división del distrito de Bruselas
Bélgica ha evitado, pero sólo de forma temporal, una nueva y grave crisis política causada por la confrontación entre flamencos y valones al forzar los primeros en el Parlamento el debate sobre la división del único distrito bilingüe, Bruselas-Halle-Vilvoorde, ya que puede resurgir si en dos meses no se halla una solución negociada a una disputa que se remonta a hace 45 años.
GARA |
El Parlamento de la región de Bruselas aprobó en la madrugada del viernes incluir en su orden del día, aunque no votó su contenido, un proyecto de ley para dividir el único distrito electoral bilingüe Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV). Los flamencos, mayoritarios en la cámara al representar al 60% de la ciudadanía, no tuvieron problemas en incluir esta cuestión en el orden del días tras horas de debate.
Sin embargo, la decisión de los flamencos de seguir adelante con esta cuestión, que separa a las dos comunidades desde 1963, no causó, de momento, la temida crisis de Gobierno debido al compromiso de los principales partidos de buscar un acuerdo negociado a la cuestión.
El primer ministro, el democristiano flamenco Yves Leterme, avanzó durante el debate su objetivo de lograr una solución negociada para el 15 de julio. Aseguró que «no habrá solución duradera sin negociación y concertación».
Además, las formaciones valonas se comprometieron a no retirarse del Ejecutivo y buscar también un acuerdo negociado.
Ayer, el Parlamento de los francófonos de Bruselas aprobó por unanimidad la presentación de un «conflicto de intereses», un procedimiento que suspende la tramitación parlamentaria de la proposición de ley durante 120 días.
De esta forma, los partidos disponen de ese tiempo para intentar cerrar un acuerdo que solucione este asunto.
Los líderes políticos quieren evitar una crisis tras las disputas que impidieron formar Gobierno durante nueve meses tras las elecciones.
Sin embargo, los dirigentes valones advierten de que no aceptarán la división del distrito BHV si no hay un acuerdo más amplio sobre la reforma del Estado federal y las relaciones institucionales entre las comunidades, asunto que el Gobierno quería dejar para más adelante.
La cuestión de BHV se remonta a 1963, cuando Bélgica trazó la primera frontera lingüística que separa a flamencos y valones. El distrito engloba a la Bruselas, mayoritariamente francófona, y a 35 municipios mayoritariamente flamencos de la periferia.
Los francófonos consideran «inaceptable» la división de BHV, porque supondría dejar a los más de 100.000 francófonos de la periferia sin el derecho a votar por los candidatos francófonos de la capital, lo que los aislaría en Flandes.
Flamencos y valones apostaron por buscar una solución negociada, para lo que dispondrán de 120 días tras decidir los francófonos presentar un «conflicto de intereses».