Charney señala que las obras de arte robadas sirven para financiar el tráfico de drogas
GARA | BILBO
El escritor e investigador estadounidense del robo de obras de arte a lo largo de la historia Noah Charney afirmó ayer en Bilbo que esta cuestión «es mucho más importante de lo que parece ya que, en ocasiones, sirve para financiar el tráfico de drogas o de armas».
Noah Charney viajó a la capital vizcaina con motivo de la presentación de su última novela, ``El ladrón de arte'', en la que intenta divulgar la realidad de la problemática generada por el robo de obras de arte, tanto antiguas como actuales, y para ofrecer una conferencia en el Colegio de Abogados de Bizkaia sobre «Aspectos jurídicos de las obras de arte robadas».
Charney, asesor de Scotland Yard, el FBI y los Carabinieri para el robo de obras de arte, manifestó que la figura romántica del ladrón de arte que existió a finales del siglo XIX y principios del XX, como un hombre culto y adinerado que robaba cuadros por afición y de forma limpia, ha sido sustituida a partir de la década de los años 60 del siglo XX por mafias de delincuentes sin escrúpulos ni formación. Estas mafias, agregó, utilizan posteriormente esas obras robadas para adquirir droga de dos maneras. La primera, según dijo Charney, empleando la obra como aval de la compra, dejándola en depósito del narcotraficante hasta que pagan la droga con dinero en efectivo; y la segunda, como moneda de trueque: la obra de arte a cambio de una determinada cantidad de droga. En ambos casos, según este especialista, el valor de la pieza robada para dicho fin es un 10 por ciento de su valor real; es decir, que si la pieza valdría 20 millones de dólares en el mercado oficial, el delincuente la puede cambiar por droga valorada en dos millones de dólares.