Diversas asociaciones de apoyo a las personas encarceladas realizaron ayer un llamamiento conjunto a participar en una marcha y concentración que tendrán lugar mañana ante la prisión de Langraiz. En esta movilización reclamarán la excarcelación de las personas presas que se encuentran enfermas. Una realidad que es habitual en la prisión alavesa, donde es bien conocido que muchos presos sociales sufren enfermedades graves, y donde en la actualidad están los presos políticos vascos Anjel Figueroa, Jon Agirre y Josu Uribetxeberria, todos ellos gravemente enfermos.

Convocan la marcha y concentración Salhaketa, la iniciativa popular Anjel Kalera!, la plataforma de Anarquistas y Autó- nomos Solidarios, Askatasuna, Etxerat y la Asociación por los Derechos Sociales e Individuales. En la presentación de esta iniciativa, ayer en Gasteiz, estuvieron presentes, además, familiares de los presos políticos vascos que se encuentran enfermos y están en Langraiz.

En nombre de los convocantes intervinieron Lur Pagoaga y Amets Larizlao, quienes relataron las condiciones en que se encuentran Figueroa, Agirre y Uribetxebarria, recordando que otros seis presos políticos vascos sufren también enfermedades graves (se trata de Mikel Gil, Marilo Gorostiaga, Gotzone López de Luzuriaga, Juan José Rego, José Ramón Foruria y Bautista Barandalla). Explicaron, por ejemplo, que en las últimas pruebas practicadas a Figueroa en Cruces le han localizado un nuevo foco de su enfermedad (epilepsia temporal y esclerosis mesial derecha), que además de confirmar su gravedad ha llevado a la conclusión de que es una dolencia incurable.

En cuanto al estado de Jon Agirre, subrayaron el peligro que todas sus dolencias le acarrean de sufrir un infarto de miocardio. Y también recordaron que la estancia en prisión hace prácticamente imposible que Josu Uribetxebarria ten- ga los controles médicos que le son necesarios, tras la extracción de un riñón a consecuencia de un cáncer.

El coordinador de Salhaketa, Carlos Hernández, reiteró la exigencia de excarcelación de todos los presos que sufren en-fermedades graves, «porque consideramos que la cárcel no es un espacio en el que se pueda hacer ningún tipo de tratamiento de recuperación de la salud». Además, afirmó que la prisión «es un espacio en el que las personas que están enfermas empeoran y las que están sanas acaban enfermando, por la pérdida de libertad y por las condiciones que se dan en la actualidad en todas las cárceles del sis- tema penitenciario».