La actriz y bailarina catalana Marta Carrasco defendió el miércoles en Iruñea la necesidad de entregarse en esta profesión, porque «si no vas a ser generoso, no tienes derecho a hacer teatro» ya que en él «no tiene que haber concesiones».

En la tercera de las charlas organizadas con motivo del Festival Teatro Gayarre «Otras miradas, otras escenas», Carrasco hizo un repaso a su carrera como creadora, de la que se despidió hace dos semanas tras cumplir 13 años sobre el escenario con su espectáculo de danza-teatro «Aiguardent», que interpreta en solitario y que le ha valido dos premios Max de las artes escénicas. «Muchos dicen -indicó- que creé un nuevo lenguaje en el que teatro y danza se fusionan en dosis muy creíbles; yo lo que pienso es que sobre el escenario nada tiene que ser gratuito». Agregó que «la ventaja de estar sola y saber muy bien lo que vas a decir es que jamás es igual», aunque ahora inicia «una etapa de cambio» porque necesita «oxigenarse».

«Estoy contenta de que me mande alguien, de no comerme el coco, ¡no sabéis qué alivio!», manifestó la actriz en relación a su próximo proyecto en una ópera de Monteverdi que dirigirá Carmen Portaceli.

Tras «Aiguardent» y «Blanc d´ombra», ambas en solitario, Carrasco creó «Mira M», «un canto a la imperfección» en el que prefirió trabajar con actores en lugar de con bailarines «por su exquisita torpeza de movimientos, pues lo imperfecto tiene algo de único e irrepetible».

La catalana se queda con «ese grado de inconsciencia que es tan importante y que no debemos perder para crear», pero advirtió que la imaginación en el teatro es tal que «hay que tener cuidado con no perder el norte».