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«El príncipe de gales» hereda el trono de charlton en la final

Ryan Giggs es uno de los mejores extremos izquierdos de los últimos 15 años. El jugador galés anotó el gol que sentenció el título de la Premier para su equipo el mismo día que disputó su partido 758 con el United e igualaba a Bobby Charlton. Cifra que superó en la final de Moscú.

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Beñat ZARRABEITIA

Pocos jugadores han sido tan grandes y tan escasamente reconocidos fuera de su ámbito como Ryan Giggs. El galés ha sido uno de los mejores futbolistas europeos de los últimos tres lustros, pero su repercusión en la era de la «aldea global» no ha estado a la altura de un jugador que ha sido capaz de alzarse con 10 títulos de la Premier, el último al sentenciar con un frente al Wigan. Ese día igualaba a Bobby Charlton como el jugador que ha vestido en más ocasiones la camiseta del United con un total de 758 choques. No contento con ello, el galés superó dicha marca en la final de la Champions frente al Chelsea. En la misma, Giggs anotó el último penalti lanzado por los red devils y se alzó con su segunda Champions. Todo un hito para uno de los iconos del fútbol británico posterior a la masacre de Heysel.

En 1987, el entonces nuevo manager del Manchester United, Alex Ferguson, se fijó en un chaval galés de 14 años. Lo reclutó para su equipo, tras una disputa con el City, pero antes de vestirle de rojo lo envió a uno de los «Youth Training Scheme», un invento del `Thatcherismo' para presuntamente buscar la involucración de los jóvenes en el deporte. Bajo ese paraguas, el extremo defendió los colores de Inglaterra en edad escolar, por lo que el seleccionador inglés sub 21 de la época, Lawrie McMenemy, intentó convencerle para defender los colores de los pross. El principal argumento de la FA para contar con el imberbe Giggs era que había crecido en la localidad inglesa de Salford.

Finalmente, el joven jugador se decidió por su país: Gales. Podía haberse declinado por Sierra Leona, tierra de su abuela, pero optó por el equipo minero. Su estreno con los dragones se produjo en 1991. Con apenas 17 años se convirtió en el jugador más joven en vestir la zamarra galesa. Ese mismo año, Ferguson le dio la alternativa en el primer equipo. En un principio, parecía que sus opciones se reducían por la presencia de Lee Sharpe -uno de los muchos proyectos perdidos por el fútbol inglés con la desidia como bandera- le iba a restar opciones. Nada más lejos de la realidad, Giggs se asentó en el United en la campaña 91-92, tras la que fue elegido mejor joven de la Liga.

La temporada siguiente es clave en la historia del Manchester United. Después de 26 años sin ganar la Premier, con Best, Charlton o Law en el equipo, los red devils se hicieron con el título doméstico. Aquel éxito tuvo en Eric Cantona a su piedra angular. El francés llegó del Leeds y dio otra dimensión al equipo de Ferguson. Apoyado en la solidez de Schmeichel bajo palos; una zaga dura y lenta con Irwin, Pallister, Bruce o Phelan; Ince de pivote; bandas para Kanchelskis, Giggs o Sharpe; y la delantera de Hughes y Cantona.

El Blackburn Rovers también tocó la gloria en los noventa y Ferguson buscó reciclarse para seguir en la élite. Así, echó mano de gente de la cantera como Beckham, los Neville y Scholes, buscó en el mercado nórdico a Solskjaer y dio más alas a Giggs. Con esos mimbres y una delantera con Andy Cole, Yorke y Sheringham, las Ligas siguieron cayendo. Así las cosas, el United cerró el siglo XX. con seis títulos de la Premier League en ocho años. Además, en 1999 se produjo el milagro de Barcelona. En sólo un minuto, los red devils dieron la vuelta al tanto del Bayern de Munich y se llevaron la «orejuda» en el descuento.

El nuevo milenio arrancó con la segunda reconstrucción de Wenger en el Arsenal y los petrorublos del Chelsea de Abramovich y Mourinho. Sin embargo, Ferguson no desesperó. Varió algunas piezas, mantuvo a gente clave como Gary Neville, Scholes o Giggs, pensó en el futuro incorporando a Ronaldo , Rooney o Carrick, buscó la seguridad de Ferdinand, Vidic y Van der Sar y apostó sin tapujos por gente como O'Shea o Fletcher. La fórmula funcionó. Contra todo pronostico, el United superó al Chelsea y consiguió la novena Liga de la «era Ferguson». Un año después ha llegado el más difícil todavía, con otra Premier primero y la tercera Champions del Manchester después. Doblete histórico el día en el que Ryan Giggs entró de lleno en la historia del United como el jugador con más partidos en el club. Este verano, ya se verá, porque su compatriota Mark Hughes se lo quiere llevar al Rovers.

El único «pero» de «Giggsy» ha sido, al igual que Best o Di Stefano, no haber jugado ninguna competición importante de selecciones. Su mejor opción fue en 2004, pero los Dragones perdieron el play-off para ir a la Eurocopa ante Rusia. Pese a ello, Giggs ha vestido en 64 ocasiones la elástica galesa y aunque no jugaba amistosos, quiso disputar el choque ante la selección vasca.

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