Más de 35.000 extranjeros han huido del estallido de violencia xenófoba en las ciudades de Sudáfrica, refugiándose en campos improvisados, y varios miles más han abandonado el país, víctimas de lo que la prensa califica como «limpieza étnica». En la región de Johannesburgo, donde se concentran la mayor parte de los ataques, «el balance asciende ahora a 50 muertos», indicó Govindsamy Mariemuthoo, portavoz de la Policía de la provincia. «Todavía encontramos cuerpos por aquí y allí», añadió.

Todavía no existe un balance de víctimas de todo el Estado, pero es la provincia más rica del país, donde la violencia que comenzó el pasado 11 de mayo es mayor, y desde donde se extendió a otras provincias.

Enfermedades

De Ciudad del Cabo se calcula que han huido casi 10.000 personas. La Cruz Roja atendió el sábado a unos 25.000 desplazados en Johannesburgo y Pretoria. Los campamentos no son suficientes para acoger a los millares de expulsados, que tienen que dormir a la intemperie con el frío del invierno austral a casi 1.700 metros de altitud.

Médicos Sin Fronteras ha contabilizado centenares de casos de infecciones respiratorias y diarreas provocadas por las deficientes condiciones sanitarias. Otros han optado por volver a sus lugares de origen, como Botswana y Mozambique, que deben hace frente a la llegada de miles de desplazados que a menudo han perdido todo.

La prensa sudafricana presiona para que dimita el presidente Thabo Mbeki, quien hasta ayer no había realizado una declaración pública.

Mbeki denunció que «nunca desde el nacimiento de nuestra democracia habíamos tenido tal inhumanidad».

«Si la xenofobia toma raíces, nos llevará a un pasado de violencia que no nos podemos permitir», añadió Mbeki en referencia al régimen de apartheid.