El Barakaldo decidirá su futuro en el play-off en tierras catalanas. Una pena que no pueda viajar a Girona con mejor bagaje que el empate de Lasesarre porque el equipo fabril cuajó un gran encuentro, en el que sólo faltó el gol.

Durante toda la semana se había hablado de la hora de la verdad, y vaya si se notó, con buena entrada y mejor ambiente en Lasesarre y con un Barakaldo dispuesto a darlo todo por su sueño. También se había hablado mucho de la calidad de los atacantes gerundenses e igualmente se notó, aunque, por fortuna, sólo en los minutos de tanteo, en los que Larios fue el primero en probar fortuna.

A partir de ahí, el choque se decantó del lado local. Juego, posesión y ritmo eran suyos; también las ocasiones. Como el balón peinado por Koldo Garcés en el minuto 21 que Germán Beltrán remató alto; o el pase de la muerte de Gago que Rebollo, en boca de gol, perdona incomprensiblemente; o, al filo del descanso, el disparo de Solaun que se marchó acariciando el palo.

Tras el paso por vestuarios, el cuadro fabril siguió a lo suyo: la defensa, tan seria como toda la temporada, sin demasiados problemas, y del mediocampo hacia arriba, en busca de un gol que decantase la eliminatoria. Pudo conseguirlo Beltrán, que aprovechó un servicio en largo para rematar rozando el palo izquierdo y, más aún, Carlos Alonso. A nueve minutos del final, y nada más entrar al terreno de juego, envió un fuerte disparo desde la frontal, que se estrelló en el travesaño.

Sólo faltó, por tanto, la puntería, que resultará imprescindible el próximo fin de semana en Girona.