«Sí, se puede». Mucho más allá del simple lema, ésa debe ser la filosofía que debe imperar en el seno del Deportivo Alavés en un final de temporada en el que el único pecado que no tiene absolución es el de rendirse. Y es que, aunque la trayectoria del equipo albiazul da motivos para caer en el derrotismo, todos los equipos implicados en el descenso han pasado por momentos críticos y precisamente el que nadie haya bajado los brazos en ningún momento ha propiciado que, incluso el Poli Ejido, último clasificado, entre en los tres últimos partidos con posibilidades reales de mantener la categoría.

Pero los síntomas del Alavés en la segunda vuelta son los de un enfermo en fase terminal: los albiazules son el segundo equipo menos goleador de la temporada con 34 tantos, -sólo uno más que el Albacete, el peor en este apartado-, es el que menos goles a conseguido (19) jugando de local -junto al Racing de Ferrol, su rival este fin de semana-, teniendo que jugar dos de sus tres partidos lejos de Mendizorrotza es el segundo equipo que menos puntos ha sacado como visitante -13 por 9 del Poli Ejido- y el tercer peor equipo de la segunda vuelta con 20 puntos -sólo por delante del Cádiz (18) y del Granada 74 (14)-.

No obstante, cuando incluso había serias dudas de la respuesta física de la plantilla, el Deportivo Alavés, como equipo y como institución, demostró no sólo que está vivo sino que quiere vivir ante un aspirante al ascenso como el Sporting y, aunque el resultado no fue todo lo satisfactorio que se esperaba, mantiene al club con todas sus opciones.

Tal es así, que creer en las posibilidades de mantenerse va mucho más allá de un acto de fe. Sin ir más lejos, una victoria el sábado en La Malata sacaría al Alavés casi con toda probabilidad de los puestos de descenso. Vencer al Racing de Ferrol supondría rebasarle en la clasificación en un punto y el gol average y la jornada que espera a los rivales directos también hace pensar que supondría adelantar a otro par de equipos. Y es que la jornada presenta partidos entre implicados como un dramático derbi andaluz Xerez-Poli Ejido, las complicadísimas salidas de Cádiz -un punto en las ultimas cinco jornadas y que desde ayer tiene al cuarto entrenador de la temporada- y Córdoba a campos de equipos que se juegan el ascenso como Málaga y Sporting de Gijón, o el duelo semidirecto entre Albacete y Eibar en el Carlos Belmonte.

La próxima jornada los albiazules tendrán el complicado derbi ante la Real en casa, pero Poli Ejido-Albacete y Córdoba-Racing de Ferrol se enfrentan entre sí, el Granada 74 recibe al Málaga y el Xerez no lo tendrá fácil en Las Palmas.

Estando como están tan a la orden del día, los maletines pueden andar de un lado para otro en una última jornada en la que todos los implicados en el descenso salvo el Córdoba, que visita Anoeta, tienen partidos ante equipos sin nada en juego.

De todas formas, todos estos enfrentamientos directos propician que el Alavés siga dependiendo de sí mismo y que encadenar tres triunfos consecutivos aseguren la permanencia.

Y ése debe ser el objetivo de los albiazules en este final de liga, ya que los empates a puntos sólo benefician en el caso del Albacete y el hipotético del Racing de Ferrol, al que ganó en Mendizorrotza 1-0. Los dos partidos ante el Granada 74 concluyeron con empate a dos y en el average general los albiazules aventajan a los andaluces en 3 tantos.

Plantilla confiada

Pero al margen de todos estos condicionantes negativos, el buen partido realizado ante el Sporting parece haber devuelto la confianza a la plantilla e incluso la delantera, la línea más en entredicho por su sequía goleadora, se muestra confiada.

Así, David Aganzo declaró ayer en ETB que «ahora mismo estamos tranquilos. La gente que jugamos arriba confiamos en nuestras posibilidades». El madrileño marcó su último gol de penalti el 24 de febrero, pero cree en él. «No tengo ningún problema en la responsabilidad de marcar y te digo que, en Ferrol, o en los tres partidos que quedan, va a haber un gol de Aganzo seguro», agregó.