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«Los cheques que se firman con la boca se terminan pagando con el culo»

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Andrés Calamaro

Vocal y guitarrista

Vida tormentosa para un músico que se ha reinventado con cada disco, para un autor capaz de caminar formalmente junto a Dylan o romper el espejo en mil pedazos deformes. Sencillo y, a la vez, de perfil provocativo, Andrés Calamaro gira en solitario presentando «La lengua armada», donde el bonaerense interpreta una docena de canciones de fácil armonía, de eficaz acabado.

Pablo CABEZA | BILBO

Nació en el barrio antiguo de Once, en Buenos Aires, en agosto de 1961. Siguiendo la tradición, con 8 años le regalaron un acordeón, que él cambió posteriormente por una guitarra y un piano, los dos instrumentos con los que ha crecido y con los que compone en la actualidad. Sergio Makaroff le presentó en sociedad y le encaminó hacia la profesionalidad. Después de pasar por decenas de agrupaciones, de absorber con vehemencia de cada una de ellas, de no cerrarse, llegó 1984 y la publicación de su primer álbum, «Hotel Calamaro», producido por el especialista Charly García, ejercicio de producción que poco después llevaría él mismo a cabo sobre trabajos de Los Fabulosos Cadillacs o Enanitos Verdes. Crecido en experiencia, seguro de sí mismo en casi todos los palos, Andrés formó pareja con Ariel Rot a finales de la década de los ochenta. Ambos se inclinaban por el rock and roll, sin tapujos. En 1990 se trasladaron a Madrid, donde, junto con Julián Infante (fallecido en 2000), Guillermo Martín (fallecido en 2006) y Germán Vilella formaron Los Rodríguez, una de las formaciones peninsulares más populares de la década de los noventa. Banda que en su crónica negra cuenta con otro fallecimiento, el de Daniel Zamora (2007), su último bajista.

Tras una carrera dinámica, creativa y extrema dentro del rock, Andrés Calamaro Masel, creador compulsivo, escribió en 2007 «La lengua popular», disco fluido ejemplo de canción pegadiza honesta y bien letrada.

La sociedad es cada vez más consumista, convulsiva. Necesita alicientes continuamente para que la adrenalina le motorice. En este contexto, parece que la música ha dejado de ser uno de los principales recursos utilizados para hallar sensaciones. ¿Por qué se va tan mal? ¿Hay que buscar culpables?

Hay tantos culpables como inocentes, pero tampoco hay que ocupar el marco de la puerta por si los tiempos quieren entrar (o salir). La música sigue siendo la única música que existe, y el rock es interesante para los jóvenes porque te arrima al arte, a la risa, al orgullo, al surrealismo, a dibujar, al cine, a lecturas, a descubrir más música. También creo que hay una forma diferente de high con la música, nuevas drogas interesantes. Yo creo que hay que cobrarle a la vida al contado. Recordando que los cheques que se firman con la boca se terminan pagando con el culo.

¿Cómo se le queda el cuerpo a un artista cuando buena parte del público se divierte y acepta como canción contemporánea a un esperpento como el llevado a Eurovisión?

Hay que respetar la integridad ética, verdad, pero el festival de Eurovisión siempre ha sido surrealista. Es una de tantas cosas de las que uno se ríe o debería terminar riéndose. Este caso, en particular, no me parece ni bien ni mal. Seamos indulgentes con la forma de ganarse la vida de cada uno, siempre dentro de lo razonable.

Tengo la impresión de que en Argentina se vive aún musicalmente de la música de los setenta, que la audiencia no está tan vulgarizada como la peninsular. ¿Es una impresión falsa?

Lo de las décadas, con todo respeto, me suena ya a cuento. Es el tiempo el que es igual para todos, pero una década es diferente en Londres, en Albacete y en el Congo... Argentina entró en el milenio como quien baja de un tren en movimiento, y musicalmente pasan muchas cosas. Pero hay ganas de tocar rock. Lo que importa es eso. La gente piensa en fútbol y en puterío, pero no le dimos el gusto a los putos, que nos quieren ver arrodillados.

Parte de su vida transcurre de noche...

No puedo elegir, necesito un poco de noche, pero casi me daría igual despertarme al alba, tomar mate y pensar... en nada.

¿La actual situación musical, con muchos objetivos comerciales sin cumplir, con tanto desencanto y distracciones, afecta al estado creativo del músico, lo condiciona?

Hay que estar preparado para el desencanto, tener un plan B. Pero, sobre todo, creer en lo que cada uno hace. A mí me resulta interesante el futuro, no me siento en el papel de victima.

Cada vez se fuman menos porros, por ejemplo, y se traga más televisión, películas bazofia bajadas de Internet en busca de ocupar un momento de felicidad...

Parece que las cosas van a sí. Esto, como suele decirse, ocurre en las mejores familias. Camino equivocado.

¿Qué toca básicamente en esta gira de presentación, «La lengua popular»?

No, no tanto. La gira no está basada exclusivamente en el último disco. Es un típico concierto de los nuestros donde cabe de todo. De rock y canciones buenas. De guitarras. Es una gira individual, pero muy grupal.

¿Ha descubierto algo nuevo que le haya emocionado?

Soy optimista. Creo que todos los días se puede escuchar algo interesante, valioso, valeroso, gracioso y valiente. Me gustaron tres acordeonistas brasileros que escuché hace unos meses. Música hay de sobra, no hay más que buscar y detenerse.

¿Si un álbum como «La lengua popular», con diez canciones que hubiesen sido singles en décadas anteriores, no revienta el mercado, es que hay que cuestionarse muchas cosas?

Ahora ya no me importa. Ya se inventaron las soluciones y sabemos lo que queremos. Hay que orientar las velas y salir aún más fuerte.

Calamaro comenta que «La lengua de trapo, debía haberse vendido más, pero se despide lleno de vitalidad y optimismo.

«Siempre uso una Telecaster Squire Custom»

Le han criticado en ocasiones por cantarle demasiado al amor, a las mujeres... ¿La política es un rollo?

No, yo soy un letrista mucho más satánico; además tengo colaboradores extraordinarios, eso es un cuento. Tengo muchos textos políticos también, pero para no entender la importancia de un texto sentimental o erótico, hay que ser un tipo de persona especial, que son pocos y cobardes. Yo defiendo mi songbook.

¿Qué guitarras usa? ¿Cuáles le entusiasman por su sonido? ¿Cuál es la más vieja que conserva?

Siempre uso una Telecaster Squire Custom. También tengo una Strato con cuello serie L y varias guitarras que considero interesantes y que cada una aporta una sonoridad diferente. Cuento con algunos amplificadores Matchless. También es cierto que grabé mucho sin equipo, a un casete, con pedales y probando muchas cosas. Recuerdo que usaba una Sheckter Strato buenísima.

¿Es usted nostálgico o ese es un mal vicio?

Creo que no lo soy o intento no serlo. P. C.

 
Ficha

Gira: «La lengua popular»

Fechas: Sábado 31 de mayo, en Bilbo, y 14 de junio, en Iruñea (con Gualitxo).

Lugar: Pabellón de los Deportes de La Casilla (Bilbo) y explanada de entrada a las instalaciones deportivas de la Universidad Pública de Nafarroa en Arrosadia (Iruñea).

Hora: 21.00 h. (Bilbo) y

22.00 h. (Iruñea.

Gualitxo, a las 21.00 h.).

Precio: 23/25 euros.

Chiki chiki

«Eurovisión siempre ha sido surrealista. Este caso, en particular, no me parece ni bien ni mal. Seamos indulgentes con la forma de ganarse la vida de cada uno»

Desencanto

«Hay que estar preparado para el desencanto, tener un plan B. Pero, sobre todo, creer en lo que cada uno hace. A mí me resulta interesante el futuro»

 
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