UPN, PSN y CDN, más pro-españoles que Bono en el conflicto de las Bardenas
Ocurrió en 2001 y se repite en 2008. Hasta siete vías diferentes contra el polígono de tiro han desestimado ya UPN, PSN y CDN para evitar un pulso con el Estado que sí mantuvo, por ejemplo, José Bono cuando presidía Castilla-La Mancha. Los discursos de PSN y CDN resultan aún más pro-españoles que los de hace siete años.
Ramón SOLA
Los partidarios del desmantelamiento del polígono de tiro de las Bardenas no han dejado nunca de recurrir a la imaginación para tratar de forzar el fin de una instalación militar impuesta en 1951. En la comisión parlamentaria del martes aparecieron nuevas vías sobre la mesa, pero UPN, PSN y CDN mostraron una postura mucho más sometida a los intereses estatales que en 2001. Sirvan como ejemplo estas «perlas»: Faustino León, de UPN, dijo que «este parlamento no es quien para reclamar sobre la declaración de `zona de interés para la Defensa'»; Amanda Acedo, del PSN, se aferró a que «el Estado dice que no ha encontrado alternativas, y somos solidarios porque somos españoles». Y Juan Cruz Alli, de CDN, añadió que cuestionar la continuidad del polígono puede llevar a la expropiación y reprochó a IUN que no actuase como «un partido de Estado».
Por esa misma regla de tres, alguien tan poco sospechoso como José Bono debe ser catalogado casi como traidor a la Patria española, y sobre todo al Ministerio de Defensa que llegó a dirigir entre 2004 y 2006. La historia es conocida. Bono se opuso de modo férreo y echó atrás todos los intentos de implantar en la Comunidad de Castilla La-Mancha un polígono de tiro aéreo, lo que hubiera permitido desmantelar el de Las Bardenas. Todas las alternativas se ubicaban allí: Anchuras, Cabañeros, Chinchilla...
El 14 de abril de 1988, José Bono confesó en el Pleno de las Cortes Regionales que se celebraba en Toledo que llevaba días con un problema rondando en su cabeza: «Me ha llegado a quitar el sueño», aseveró. Era la intención expresada por el Gobierno de Felipe González de instalar un campo de tiro en Cabañeros (Ciudad Real). Pero en sus desvelos Bono había dado con la fórmula para evitarlo: nombrar la finca de Cabañeros como Parque Natural, «incompatible con un polígono de tiro». Hoy día, aquel parque está considerado como uno de los más bellos de la Península Ibérica, con buitres leonados, cigüeñas negras y águilas imperiales en vez de aviones militares ejercitando puntería.
El Gobierno del PSOE todavía contraatacó proponiendo otro emplazamiento: Anchuras. Bono volvió a plantarse. Por cierto, el Ministerio de Defensa de Narcís Serra llegó a declarar este área como «zona de interés para la Defensa» -igual que hizo Aznar con las Bardenas en 2001-, pero finalmente decidió evitar el órdago de las autoridades locales. El mismo que evitan echar UPN, PSN y CDN.
Siete fórmulas y ningún resultado
Este desestimiento resulta más evidente en 2008 que en 2001, cuando caducó el anterior convenio. El PSN, por ejemplo, elude lógicamente las colisiones con el actual Gobierno del PSOE. Desde CDN, Alli decía en setiembre de 2000 que «tenemos claro que hay que asumir riesgos»; el martes, por contra, defendió «dejar que el tiempo corra».
Entre 2001 y 2008, hasta siete fórmulas diferentes se han puesto sobre la mesa para acelerar el fin de la ocupación militar. Una de ellas era la usada por Bono en Cabañeros: incluir las hectáreas del polígono en la zona protegida como Parque Natural. Se ha propuesto también que la decisión no quede sólo en manos de la Junta de Bardenas (en 2001 hasta se creó una Comisión Mixta, con UPN, PSOE y CDN junto a los «congozantes»). Se ha planteado que la titularidad última de la zona corresponde a Nafarroa y no al Estado. Se han puesto sobre la mesa el índice de cáncer en la zona de Cinco Villas -la parte aragonesa- y las sospechas de uso de uranio empobrecido. Se ha propuesto ayudar presupuestariamente a la Comunidad de Bardenas. Y enfrentarse a la declaración de «zona de interés para la Defensa». Pero UPN, PSN y CDN siempre se han terminado echando atrás. No como Bono.
UPN, PSN y CDN argumentan que la declaración de «zona de interés» abre la vía a la expropiación, pero el Gobierno de González la aprobó también para Anchuras, en 1988. Lo diferente fue la reacción de Bono.