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Prisioneros de la democracia siria

«El órgano líder del Estado sirio, así como el de toda la sociedad, es el partido Baath», dice el artículo 8 de la Constitución siria. Por eso, es imposible esquivarlo, Bashad Assad te observa desde enormes murales, y sus estatuas parecen esperarte en cada avenida.

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Karlos ZURUTUZA

Damasco

Yes imposible esconderse, porque Bashad también está en las paredes de los locales de kebab, de los que sirven batidos y zumos de fruta; las barberías o las tiendas de topa, vendan chadores o camisetas de tirantes... Y tampoco falta en los salpicaderos de los taxis amarillos o en el exitoso modelo de parasol para coches, donde sus ojos azules se ocultan bajo unas gafas negras de sol.

«Uno se acostumbra a todo esto, pero nunca a que le intercepten hasta las conversaciones telefónicas», afirma un camarero kurdo que responde al nombre de Omar, «y si no, que se lo pregunten a Faeq al Mir». Omar se refiere a ese preso encarcelado desde 2006 por «debilitar el sentimiento nacional». Uno de tantos. La prueba fue una conversación telefónica grabada en la que el imputado transmitía sus condolencias por la muerte de Pierre Gemayel, ministro de Industria de Líbano muerto en 2006.

«El régimen no busca la detención de este o aquel disidente, sino crear un estado de paranoia en el que la gente se sienta continuamente observada y escuchada», se queja Omar. «Yo mismo apenas hablo por teléfono y mido hasta las palabras que escribo en mi correo electrónico», asegura.

¿Controla también el Baath el mundo virtual sirio? Es difícil saber hasta qué punto se filtran los correos electrónicos, pero lo cierto es que más de cien portales de internet, Youtube o Facebook entre ellos, son inaccesibles desde este país árabe.

«Toda crítica al presidente y a su familia, al partido y al Ejército está terminantemente prohibida. La legitimidad del Estado queda fuera de toda discusión en Siria», explica Hagop, abogado armenio de Alepo.

Y es que Siria es, en esencia, un Estado unipartidista dominado por el Baath, el Partido Árabe Socialista de la Resurrección. «Hay otros ocho partidos -continúa Hagop-, pero su única función es ratificar al candidato del Baath. Se trata de dar una imagen de sistema multipartidista que nada tiene que ver con la realidad. Su función es puramente decorativa: asienten con la cabeza y aplauden al final de cada sesión».

Ésta parece ser la clave del éxito de un partido que se perpetúa en el poder desde que accediera a él a través de un golpe de Estado en 1963. Tras purgar todo el aparato político en 1970, Hafez el Assad pasó de ministro de Defensa a presidente del país, cargo que ocupó hasta su muerte, ocurrida en el año 2000. La Constitución hubo de ser modificada en junio de aquel mismo año, reduciendo la edad mínima del presidenciable de 40 a 34 años. Assad hijo podía, así, asumir el cargo en estricto cumplimiento de la Constitución siria.

Minoría aplastante

Curiosamente, los Assad son de origen alawita, una minoría religiosa islámica que no supera el 5% del total de la población siria. No obstante, dicho factor no ha amilanado, ni mucho menos, a esta familia originario del noroeste del país. Sin ir más lejos, Assad padre ordenó el bombardeo de la ciudad de Hama en 1982 con el objetivo de sofocar una revuelta de los Hermanos Musulmanes. Damasco nunca ha dado cifras oficiales, pero Amnistía Internacional estima que las víctimas de aquella masacre fueron entre 10.000 y 25.000.

De Assad hijo, médico oftalmólogo de formación, se dice que tiene un talante reformista, desmarcado de la política represiva de su progenitor. Tras la muerte de éste, Bashad anunció que tenía intención de «reformar Siria y construir una sociedad mejor». Intelectuales, escritores, periodistas y curiosos aprovecharon la nueva coyuntura para reunirse en foros donde discutir las reformas en la sociedad civil, lo que se dio en llamar la «Primavera de Damasco».

«Todo fue una trampa», afirma Halim H., periodista y participante activo en uno de aquellos foros. «Nos lo creímos todo como idiotas y salimos a la luz; no se lo pudimos poner más fácil. En agosto de 2002 empezaron a cerrarse los foros con los consiguientes arrestos y desapariciones. Periodistas como Habib Issa fueron condenados a cinco años de cárcel por el mero hecho de expresar sus ideas contra el régimen en aquellos foros».

Entre los encarcelados estaba Haji O. Detenido en 2004, pasó tres años en prisión por participar en el foro de internet «Akawia».

«Damasco utiliza la guerra contra Israel para desviar la atención de los problemas domésticos», afirma este antiguo profesor de inglés al que se le prohíbe retomar su profesión. «Dentro de nuestras fronteras tenemos problemas mucho más urgentes que recuperar los Altos del Golán. El nuestro es un Gobierno despótico y corrupto. La falta de reformas genera un descontento que no hace sino alimentar el islamismo radical. Si no se hace algo urgentemente, el Baath va a tener que matar a muchos más de 20.000 `hermanos musulmanes' para mantenerse en el poder», advierte.

BOMBARDEO

Hafez el Assad ordenó en 1982 el bombardeo de Hama para sofocar una revuelta de Hermanos Musulmanes. AI estima que allí murieron entre 10.000 y 25.000 personas.

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