A pesar de las abundantes precipitaciones que se registraron el sábado en toda Nafarroa, y las malas predicciones para ayer, cientos de personas acudieron a la marcha anual contra el campo de tiro de Bardenas, que este año tenía si cabe una mayor relevancia teniendo en cuenta que el Ministerio español de Defensa anunció recientemente que pretende prorrogar el contrato de arrendamiento con la Comunidad de Bardenas.

El anuncio, realizado cuando faltan seis escasos meses para que expire el actual acuerdo -por el que el organismo congonzante recibe 600 millones de euros anuales- ha provocado gran malestar entre los opositores al polígono, que exigen al presidente de la Junta, José Antonio Gayarre, que se niegue a negociar la firma de un nuevo contrato.

Críticas a Gayarre

La figura de José Antonio Gayarre fue sin duda la más criticada y denostada ayer, ya que desde distintos sectores se le acusó de no oponerse a la firma del nuevo contrato de arrendamiento. Santi Lorente, portavoz del Manifiesto pro Bardenas, que reúne a diversos colectivos contrarios a la militarización del paraje, fue claro al exigir «la dimisión» del presidente del organismo congonzante.

«Gayarre ha demostrado y sigue demostrando que está presidiendo la Junta por intereses personales; mirando única y exclusivamente al canon económico a percibir, y obviando las necesidades y la voluntad de la mayoría de los vecinos congonzantes», denunció el portavoz del Manifiesto.

Asimismo, abogó por «reunificar» el movimiento antipolígono, y en esa línea anunció que la semana que viene harán pública una iniciativa «amplia y plural» en favor del desmantelamiento del campo de entrenamiento militar de Bardenas.

Momentos de tensión

Tras más de una hora y cuarto de caminata bajo el sol, la comitiva se acercó a las inmediaciones del acuartelamiento, donde, como cada año, militares armados y atrincherados dentro de la garita les esperaban con aire desafiante.

Milagros Rubio, portavoz de la Asamblea Antipolígono, fue la primera en tomar la palabra, mientras que simpatizantes de otros colectivos se colocaron más a la derecha, lo que provocó momentos de cierta tensión entre los militares, que les ordenaron que no sobrepasaran el perímetro de seguridad. El asunto no pasó a mayores.

Rubio -que aprovechó su intervención para condenar el atentado de Zarautz- señaló que el Ayuntamiento de Tutera es por el momento «el único» que se ha mostrado claramente contrario a un nuevo acuerdo, mientras que el resto «esperan indicaciones de UPN y PSN». Por ello, les insto a que «envíen un mensaje claro al Gobierno y dejen de escudarse en la amenaza de una expropiación».