Maite SOROA
Rosa Díez, como puerto de refugio
Como las cosas de la derechona están más revueltas que un gallinero en vísperas de Navidad, los teóricos de la cosa se empeñan en explicar el porqué de las cosas.
Emilio Campmany, en «Libertad Digital» buceaba en las aguas del partido de Rosa Díez para ver si también allí había restos del naufragio de Rajoy y adelantaba que «el último barómetro del CIS augura una importante mejora de los resultados del partido de Rosa Díez a base de ex-votantes de Mariano Rajoy. Es curioso que un partido nacido de una escisión del PSOE, un partido que se dice de izquierdas, liderado por una mujer de izquierdas, logre hacerse con una estimable base electoral integrada por gente supuestamente de derechas». Y, ¿por qué sucede eso?: «puede que la explicación al enigma se encuentre en el hecho de que los votantes de Rosa Díez no son tanto de izquierdas o de derechas, como esencialmente unionistas. Es posible que en su mayoría se trate de izquierdistas que, desilusionados del PSOE federalista de Zapatero, huyeron al unionista PP». Qué viaje más raro ¿no?
Pero hay más «Eso no quita para que algunos de los que votaron a UPyD el 9 de marzo fueran electores genuinamente populares, (...) mosqueados por el apoyo del PP a las reformas estatutarias de Valencia y Andalucía, de clara inspiración federalista. Pero, en su mayoría, los votantes de UPyD debieron ser votos de izquierda unionista, que, por unionistas, fueron, o podían serlo en el futuro, votantes circunstanciales del PP».
Sólo le falta decir algo sobre Vasconia: «De hecho, en España está empezando a ocurrir algo parecido a lo que lleva lustros ocurriendo en el País Vasco, que la raya a la que se enfrenta el elector que se pregunta si debe o no cruzarla no es la que separa a la izquierda de la derecha, sino la que contrapone a federalistas y a unionistas». Y es que, según Campmany: «No es casualidad que la cabeza visible de UPyD sea una valiente vasca desencantada de la falta de nervio del PSOE a la hora de defender a la nación. Tampoco lo es que sea una vasca, no menos valiente, la dirigente del PP que más contundentemente ha denunciado la deriva federalista (...). Y es que es allí, en el País Vasco, donde más fácilmente se percibe lo inclinada que es la cuesta por donde nos estamos todos deslizando». Rosa y María, de la manita.