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Las voladuras en los túneles de Peñascal acaban con los manantiales de Pagasarri

Las voladuras que se están realizando para horadar los túneles de la Supersur en Peñascal son, según denuncian ecologistas y usuarios de Pagasarri, las causantes de que manantiales de la zona se estén secando.

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Agustín GOIKOETXEA |

Las obras de construcción de la Variante Sur Metropolitana están siendo el origen de muchos problemas en el macizo de Pagasarri y su entorno. Si primero fueron las denuncias de ecologistas y usuarios de este pulmón verde de Bilbo por el movimiento de tierras y el inusual tránsito de camiones, al que siguieron las denuncias de vecinos de San Justo y Arraitz por las voladuras de madrugada, ahora llegan otras en las que se informa de manantiales que han desaparecido a causa de las explosiones.

Habituales de Pagasarri informaron a GARA que las fuentes naturales de Elejaurdi, así como dos de Bentabarri, «la casa Rosa y Azabele», han desaparecido «después de las tremendas explosiones que se están efectuando para perforar los túneles del Peñascal». Estos manantiales eran utilizados habitualmente por vecinos, personas que acuden al monte y servían para abrevar al ganado; antes se destruyeron varias regatas.

Pero no es la única consecuencia negativa de los trabajos de construcción de la Supersur, pues en otro punto del macizo de Pagasarri, en Bolintxu, hace unas semanas han comenzado las tareas de perforación de los terrenos para determinar la calidad del subsuelo, previas al inicio de las obras. Los sondeos se han realizado junto a la antigua depuradora. Además, según los denunciantes, las tierras que se extraigan en Bolintxu van a ser trasladadas por Igertu hasta la cantera de Peñascal, evitando así la circulación de camiones por Abusu o el camino de Irusta.

Esta solución, lamentan, ocasionará graves afecciones al medio natural, al recorrer con vehículos pesados el valle de Bolintxu en vez de, por ejemplo, optar por verter las tierras en la pequeña cantera de Artxondo, cerca de Seberetxe.

Son unas consecuencias más de las obras de la Supersur, como lo son las quejas de los vecinos del entorno de Peñascal, donde se excavan los primeros túneles de la autopista de peaje, por el continuo movimiento de camiones y las voladuras, «muchas de ellas de madrugada».

Pero Bilbo no es el único punto donde se dejan sentir los trabajos de la Variante Sur Metropolitana. En El Regato, en Barakaldo, los desprendimientos de tierras a raíz de voladuras se repiten. El último de importancia tuvo lugar el 14 de mayo, al mediodía, cuando una avalancha cortó durante dos horas la BI-4743, a la altura de la presa.

Este vial es el único acceso al barrio si no optan por andar por un sendero de 5 kilómetros que une El Regato con Gorostiza. Además, la línea telefónica se vio afectada por el corrimiento de la ladera Antes de este suceso, en enero, tras otra explosión «controlada», una roca de cinco toneladas cayó en la carretera.

Los problemas con las voladuras de la Supersur se han repetido en el barrio de Ugarte, en Trapagaran, donde desde hace meses se vienen sucediendo las denuncias de los vecinos por las molestias y situaciones de peligro que se vienen repitiendo.

semana verde

Ecologistas y usuarios del macizo de Pagasarri denuncian que el Consistorio bilbaino tome como referente este monte en su Semana Verde «mientras no hace nada para impedir su deterioro salvaje».

temor vecinal

Las potentes voladuras que se vienen repitiendo en el entorno de Peñascal, en Bilbo, y El Regato, en Barakaldo, preocupan a los vecinos, que no ocultan su temor por los sobresaltos y afecciones que les vienen ocasionando.

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