Las muertes por el amianto no desaparecerán durante 40 años
Las conclusiones del III Congreso Internacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, organizado por Osalan, determinan la falta de aplicación de las medidas de prevención en las empresas. Ignacio Murgia, su director, destacó que las muertes por amianto seguirán produciéndose en los próximos 10 años y «no desaparecerán hasta los próximos 40 años». Otra conclusión fue que el Estado español reconoce 100 veces menos casos de cáncer profesional que Europa.
Juanjo BASTERRA |
El director de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, Jukka Takala, aseguró ayer en la última jornada del III Congreso Internacional que el próximo viernes se presentará en Bruselas la campaña anual europea para reforzar la evaluación de riesgos laborales. Takala dijo que «se debe de hacer constantemente en los centros de trabajo». No ocurre así. Esa indicación del experto internacional en seguridad y salud en el trabajo significa, como quedó reflejado en diferentes momentos del congreso organizado por Osalan, que no se está aplicando bien la legislación en materia preventiva.
Ofreció datos de esa realidad: 167.000 muertes al año en la Unión Europea de los Veintisiete, de los cuales casi 8.000 se deben a accidentes de trabajo, ya que el resto son de enfermedades de origen laboral por la falta de prevención de riesgos. De ellos, 74.000 muertes fueron producto de las sustancias peligrosas, mientras que otros 67.000 murieron de cáncer contraído en el trabajo.
Infradeclaración
Según Takala, extrapolando los datos con el método desarrollado en Finlandia, su país de origen, significaría que en el Estado español se producen en torno a los 14.000 fallecidos al año a causa del trabajo, de los que poco más de 1.000 son por accidentes laborales. Sin embargo, por enfermedad profesional apenas hay afectados en las estadísticas oficiales. Takala reconoció que resulta «paradógico».
Ignacio Murgia, director de Osalan, se encargó de transmitir las principales conclusiones del encuentro en el Palacio de Euskalduna. En cuanto a la incidencia del amianto, que ocupó una parte esencial de la primera jornada, explicó que se deben activar los niveles máximos para hacer un control sobre el desamiantado. «Las muertes por amianto no descenderán hasta dentro de diez años, pero no desaparecerán hasta dentro de cuarenta años». Así se han expresado los expertos en prevención que se han reunido en el Euskalduna. Otra de las importantes conclusiones se refiere a que en el Estado español se producen cien veces menos procesos de cáncer laboral que en la UE «cuando la realidad de la industria y el mercado de trabajo son muy similares a Europa», como reconoció Takala. Según los datos aportados, el 25% de la población activa está expuesta a productos cancerígenos.
También se reclamó una intervención directa en los riesgos sicosociales, mayor control en los riesgos de la nanotecnología y la biotecnología, pero el director de Osalan reclamó en el cierre del congreso que «es imprescindible que haya una participación y coordinación de los servicios de salud».
También quedó patente que se debe reforzar la Inspección de Trabajo para avanzar en la implicación de los empresarios en la prevención real de los riesgos laborales.
Sin embargo, en las conclusiones del congreso faltaron referencias al sector de la pesca, que ocupó una parte importante de la segunda jornada y en el que existen carencias importantes en esta materia de salud.
El cierre del congreso internacional sirvió para que se presentaran las diferentes estrategias para reducir la incidencia de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales en Europa, Estado español, Irlanda, Eslovenia y la CAV.
Jukka Takala aseguró que la Comisión Europea ha fijado el objetivo de reducir en un 25% los accidentes de trabajo, pero reconoció que la estrategia europea no hace referencia a las patología laborales. Este hecho muestra, entre otras cosas, que los dirigentes de las administraciones no actúan de forma responsable en esta materia. Takala afirmó, de todas maneras, que «hay legislación suficiente en la UE, lo que hace falta es aplicarla. Tiene que producirse una implantación adecuada, porque no está ocurriendo así». Martin O'Halloran, responsable de Salud Laboral de Irlanda, explicó que se están dando pasos en su país de avance hacia la reducción del impacto de la falta de salud en el trabajo. Puso como ejemplo de que se realizó un plan de intervención valorado en 39 millones, que ha supuesto un ahorro en las lesiones y accidentes mortales de 300 millones. «En 2007 calculamos que esas mejoras permitieron que no hayan fallecido 307 trabajadores y se haya reducido el absentismo». Por eso, explicó que la inversión en «seguridad laboral es rentable para las empresas».
Tatjiana Petriceck, ministra de Trabajo eslovena, reconoció los esfuerzos en el mercado de su país por avanzar en salud laboral y apostó por incrementar la inspección. Mientras que Alejo Fraile, representante del INHST, aseguró que «hay escasez de cultura preventiva».