OLASO
Firmeza
El PNV en los tiempos de Urkullu es, sin duda, un partido firme. Firme a la hora de borrar del callejero los nombres que eligió el pueblo de forma democrática; firme para ocupar los cargos que otros ganaron; de una firmeza sin sombra de duda para desalojar de las alcaldías a los independentistas. Y firme, a la postre, para obedecer a Madrid contra su propio Gobierno y para homenajear a guerrilleros de Cristo Rey. ¿Y la vergüenza?