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«Mayo del 68 no se circunscribió sólo a ese periodo ni tampoco a las calles parisinas»

Hay quien piensa que en mayo de 68 no sucedió nada particular en Ipar Euskal Herria porque no se arrancaron los adoquines de las calles de Baiona o no hubo barricadas. Gisèle Lougarot demuestra con su libro «Pays Basque Nord, Mai 68 en mémoires» que también hubo una explosión contestataria. Insiste en que «sus efectos se notaron en los años siguientes y en campos muy diversos».

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Gisele LOUGAROT, Escritora

Acaba de presentar «Pays Basque Nord, Mai 68 en mémoires» de la mano de la editorial Elkar. Lougarot es autora, asimismo, de otras dos obras de investigación. En 2004 publicó un documento sobre los mugalaris y al año siguiente un estudio relacionado con la economía local y la identidad cultural.

Con su obra recién salida de la imprenta, la autora destaca para GARA lo más importante de su trabajo de investigación que le ha llevado un año de trabajo y para el cual ha recogido el testimonio de treinta ciudadanos vascos que vivieron activamente aquella época.

¿Hubo un mayo del 68 en Ipar Euskal Herria?

Aunque resulte algo curioso, mucha gente con la que he contactado para preparar mi libro me ha contestado que no, que aquí no pasó nada. Pero cuando he indagado más en profundidad ese periodo de finales de los 60, enseguida he constatado que no es cierto. Lo que ocurre es que se ha circunscrito mayo de 1968 a los sucesos de París y más concretamente a la revuelta estudiantil, es decir, a las manifestaciones y choques con la Policía. Como aquí no se arrancaron adoquines de las calles ni se levantaron barricadas, hay quien dice que no pasó nada. Durante años se ha proyectado la imagen de un movimiento franco-parisino monolítico, limitado a unas calles parisinas y a unas cuantas semanas, lo cual está muy lejos de lo que realmente sucedió en otros lugares del Estado y también del mundo y que afectó a otros sectores de la población, por supuesto, también en Ipar Euskal Herria. Si mayo de 68 no hubiera sido más que eso, es evidente que no tendría la relevancia que tiene cuarenta años más tarde.

Por lo tanto, aquel movimiento fue algo más espaciado en el tiempo...

Efectivamente. Es un movimiento que empieza antes de esos sucesos y cuya influencia va a continuar más allá de las semanas de huelgas y manifestaciones y a extenderse de otros modos a diferentes campos de lucha como, por ejemplo, el feminismo o el antimilitarismo. Casi todos los documentos y obras sobre ese periodo hablan de un antes y un después de mayo 68. La contestación y la agitación existían ya, tanto en fábricas como facultades, antes de esas fechas. Se identifica el comienzo con el cierre de la facultad de Nanterre, tras el cual sus estudiantes se dirigen a París para ocupar la de la Sorbona, pero hacía meses que los estudiantes de Nanterre estaban en conflicto. Hay quien sitúa el comienzo de la expresión de una juventud insatisfecha en los años 63-64. Es obvio que las cosas no ocurren así como así, como si un buen día brotarán por sí solas.

En lo que se refiere al periodo específico de mayo-junio 1968, el movimiento que hubo en Ipar Euskal Herria, ¿fue más bien obrero o estudiantil?

Los estudiantes no estaban presentes en los movimientos de Ipar Euskal Herria, simplemente porque aquí no había facultad. Se encontraban en las universidades o grandes escuelas de Burdeos, Toulouse y unos pocos en París. El movimiento de trabajadores se plasmó en dos zonas diferenciadas: la costa y el País vasco interior. En la costa, según los datos proporcionados por Georges Menaut, sindicalista de la CGT y militante del PSU, el 70% de los trabajadores de las empresas industriales y comerciales de más de quince empleados, se declararon en huelga. Si añadimos al sector privado el público, es decir, todas las administraciones paradas, así como GDF y EDF (empresas estatales suministradores del gas y la electricidad), la compañía de trenes (que no circularon durante tres semanas), las escuelas cerradas, el hospital únicamente con servicios mínimos... es innegable que aquí sí pasó algo.

¿Y en el País vasco interior?

Tuvieron mucha menor incidencia. Había dos zonas industriales, la de Maule y la de Hazparne. En la de Maule, los trabajadores se pusieron en huelga bajo los auspicios de las organizaciones sindicales, pero ésta duró muy poco, dos o tres días, porque enseguida obtuvieron aumentos de salarios significativos. Hay que señalar que en aquella época la industria del calzado estaba en plena euforia en ese territorio. Los patronos zuberotarras temían, seguramente, que el movimiento se amplificara y no pudieran hacer frente a las necesidades de la producción por lo que cedieron bastante pronto a las reivindicaciones de los trabajadores. En cambio, la zona de Hazparne se quedó completamente aparte de los sucesos en cuanto a empresas del sector privado se refiere. Los funcionarios, escuelas, correos, etc. estaban como en otros lugares en huelga pero las empresas no se implicaron.

¿Hay una explicación a eso?

La tradición de lucha era casi inexistente en esa zona y la presencia de los sindicatos mínima. Pero no deja de extrañarme esa inercia durante la agitación muy generealizada de mayo 68, cuando en el año y medio precedente Hazparne había perdido más de la mitad del empleo industrial de la zona. Sin embargo, no hubo una reacción visible, como tampoco la hubo en las grandes huelgas del Frente Popular en 1936.

O sea que en el País vasco interior no hubo tanta convulsión...

Si paramos ahí la foto de los acontecimientos de mayo de 68 podríamos decir que el País vasco interior era casi inamovible. No obstante, hay otros hechos, muy importantes, como la huelga de los alumnos del liceo del Petit Séminaire de Uztaritze que muestran que una transformación profunda había comenzado. Los alumnos se unieron a una de las grandes manifestaciones de Baiona y cuando volvieron al Petit Séminaire todos los de las clases de Terminal (último curso de instituto) fueron expulsados, si bien, más tarde consiguieron ser reintegrados y presentarse a los exámenes finales. Hay que ponerse en el contexto de la época de hace cuarenta años en el País vasco interior, con el peso que tenía la Iglesia católica, para apreciar lo que tuvo que representar el gesto de esos alumnos, pero ningún periódico se hizo eco de ello. Lo he sabido a través de testimonios personales.

¿Hubo cambios a nivel de electos o tendencias políticas?

En el plano político también es un periodo clave puesto que la democracia cristiana, muy implantada en Ipar Euskal Herria salvo en algunas localidades de la costa, pierde su hegemonía en 1967 y la UNR (Unión Nacional Republicana, antecesora de la UMP) se hace con los escaños de diputado (Michel Inchauspé en el interior y Bernard Marie en la costa). Eso sí, el País vasco vota a la derecha. EL PC tiene influencia en Bokale y Maule y algo menos en Baiona, y los socialistas representan entonces entre el 10 y 15%.

Destacaría algún líder vasco que haya influido a posteriori?

Casi todos los testimonios que he recogido coinciden en afirmar que mayo del 68 fue un punto de inflexión que les llevo a comprometerse sindicalmente o en otras luchas. Algunos de los estudiantes que estaban en Burdeos o París, se implicaron en la vida cultural y social a su regreso. Pero no conozco a un Cohn-Bendit vasco, aunque sí personas que estuvieron en aquellas luchas y que han seguido trabajando localmente.

¿Cuál ha sido, en su opinión, el cambio más importante derivado de esa época?

Creo, y las personas que he entrevistado también lo corroboran, que hay una toma de conciencia en el sentido de que el orden de las cosas en todos los planos (religioso, político...) no es inamovible, que se pueden cambiar. Es cierto que no es una conclusión específica y propia de aquí, pero si tenemos en cuenta el peso de los «notables» y de la religión en el País vasco de entonces, es innegable que tiene su trascendencia.

Arantxa MANTEROLA

MUCHO ANTES

«La insatisfacción de la sociedad empezó a manifestarse mucho antes. Las cosas no ocurren como si brotaran por sí solas de un día para otro»

TRABAJADORES

«El 70% de los trabajadores de las empresas del sector privado de más de 15 empleados se declararon en huelga»

ESTUDIANTES

«Los estudiantes no estaban presentes en el movimiento simplemente porque en el País vasco no había universidad»

AGRICULTORES

«La reforma agraria provocó el cierre de muchas explotaciones y el éxodo de cantidad de jóvenes, sobre todo chicas, a París»

FUNCIONARIOS

«Durante tres semanas los servicios públicos estuvieron paralizados. Hubo grandes manifestaciones»

No todas las reivindicaciones hallaron su lugar en aquel movimiento

¿Cuáles eran las principales reivindicaciones o preocupaciones?

Como ya he indicado antes, no se pueden disociar los hechos de mayo 68 del contexto social, político y económico en el que se insertan. He examinado la prensa local y regional de la época para intentar reflejar la fotografía más exacta posible de la sociedad vasca de finales de los 60. Las principales preocupaciones o centros de interés del país eran la reestructuración agraria con la influencia que ello tuvo en todas las explotaciones, sobre todo del interior. A nivel industrial he constatado que, como en el resto del Estado, en 1967 había muchas huelgas y luchas. Por ejemplo, el cierre de Forjas del Adour un año antes, que acarreó la pérdida de 1.700 empleos en la aglomeración bayonesa marcó mucho aquel periodo (hubo manifestaciones de más de 10.000 personas, en Baiona). La reivindicación principal era salarial y las organizaciones sindicales (FO, CGT, CFDT...) eran las que controlaban el movimiento.

¿Cómo influyó la reforma de la agricultura?

Tuvo consecuencias muy significativas, tanto económica como socialmente. Las pequeñas explotaciones del País vasco no estaban preparadas para la reestructuración demandada y muchas de ellas fueron empujadas, a través de las ayudas ofrecidas por el Estado, al cese de las mismas. La pérdida de explotaciones agrícolas fue muy importante y acarreó, además, el éxodo de muchos jóvenes del interior que partieron, no ya a las Américas sino al Este de Francia o a la región parisina. Hay algo que quiero resaltar respecto a ese éxodo: entre los jóvenes que se marcharon, más del doble eran chicas. Un estudio realizado en 1969 por Euskaldunon Gazteria sobre 1.500 jóvenes revela que en los pueblos por cada dos chicos sólo había una chica. La mayoría de ellas eran formadas entonces para ser asistentas del hogar o rurales.

¿Hay indicios de movimientos en el plano feminista?

Todavía no. Una de las personas cuyo testimonio he recogido, la bayonesa Anita Faisantieu, que militó mucho en temas como el planning familiar, sostiene que mayo 68 no fue feminista.

¿Existió una reivindicación cultural, lingüística o identitaria propiamente dicha?

No, pero la renovación cultural (danza, teatro, canción, música...) que había comenzado ya tuvo también el impulso de la oleada contestataria mundial y disidente y que aquí también reafirmó su identidad. En cambio, a nivel político abertzale, en esa época es el agujero negro porque Enbata había muerto en 1967. Eso no quiere decir que las reivindicaciones identitarias no existían entonces sino que, como ocurrió con otras que luego hicieron su propio camino, no encontraron su sitio en el mayo 68 franco-parisino estudiantil. A.M.

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