Se está convirtiendo en una tradición en la Eurocopa. El principal elemento del juego, ése que todo el mundo quiere ver en las redes del contrario, siembra la polémica. Europass, que así es como se llama el balón diseñado por Adidas para el torneo continental que ayer dio comienzo, despierta gustos encontrados según sea quien lo golpea o quien tenga la obligación de detenerlo.

Resbaladizo, rápido, imprevisible y difícil de bloquear. Esas han sido algunas de las definiciones más utilizadas por los cancerberos, sus principales enemigos. Sólo hizo falta un partido -el inaugural- para que uno de los principales detractores del Europass, Petr Cech, lo sufriera en propias carnes en alguno de los lanzamientos lejanos de los suizos.

«El balón es imprevisible. Vamos a ver más goles de 30 metros en este torneo. Nunca sabes qué va a hacer la pelota», advirtió el cotizado guardameta checo días antes del inicio del campeonato. Le queda el consuelo de que, de momento, puede presumir de mantener su portería a cero.

Pero no ha sido el único portero que ha hecho públicas sus críticas hacia el nuevo esférico de la multinacional deportiva alemana. Hasta los propios germanos han puesto el grito en el cielo respecto a las características del cuero. Jens Lehmann, recientemente fichado por el Stuttgart, aseguró que «se tendrá que ser muy valiente para tratar de bloquear el balón. Piensas que se va a quedar clavado, pero error, sigue volando. Por eso pienso que lo más seguro será despejar».

Se trata de una opinión generalizada de los arqueros. El austriaco Alexander Manninger aventuró que «pueden pasar cosas divertidas, sobre todo con el suelo húmedo», mientras que el croata Stipe Pletikosa se quejó de que «si se remata a media distancia el balón hace extraños». Marco Amelia, suplente en la azzurra, coincidió en que el balón «es todavía peor que el del Mundial de Alemania. Es difícil de cazar y los que quieran ver muchos goles van a quedar contentos».

Eso es lo curioso, que no se trata de una novedad. A las censuras del transalpino sobre el Teamgeist utilizado en tierras teutonas hay que sumar las que ya se produjeron en su momento respecto al Roteiro, predecesor del Europass en la Eurocopa de Portugal de 2004. Aquél trazaba trayectorias irregulares y les complicaba la vida a los guardametas a la hora de controlarlo.

«Fantástico» para los artilleros

Como todo en esta vida, lo que para unos supone un inconveniente se transforma en ventaja para otros. Y si no, que se lo pregunten a los artilleros especialistas en disparar desde fuera del área. Uno de ellos, el volante Torsten Frings, calificó el balón que ayer echó a rodar como «fantástico» porque «si le golpeas bien, despega. Vamos a ver muchos goles de larga distancia», vaticinó.

El polaco Jan Polak es otro de los expertos a la hora de imprimirle potencia al cuero -«es bueno para los jugadores que prueban de lejos», señaló-, al igual que el capitán austriaco, Andreas Ivanschitz, quien confesó que «hemos hecho toda la preparación con este balón y en ataque nos va a beneficiar». Quienes a buen seguro no se quejarán de su primera experiencia internacional con el Europass son los goleadores de ayer: Sverkos, Pepe y Meireles.