El Eibar aguarda su particular «día D» y «hora H». Todo el trabajo que ha realizado a lo largo de nueve meses puede quedar reducido al nerviosismo y a las taquicardias de última hora si hoy no saca adelante el último examen en Ipurua y retrasa la resolución de la temporada a la última jornada, cuando le toca visitar al Sporting.

Todos los ingredientes están a punto. La iniciativa de la directiva ha encontrado respuesta y las entradas facilitadas a los socios han volado, de manera que Ipurua colgará esta tarde el «no hay billetes», por primera vez desde hace casi un año. El rival tampoco planteará, en principio, complicaciones extraordinarias, teniendo en cuenta que hace semanas que consiguió su objetivo. En el plano puramente deportivo, las cosas tampoco han ido mal: Mandiola ha podido trabajar con todos sus jugadores, con lo que sólo contará con la baja del lesionado Etxabe.

Con el transistor en marcha

La de hoy será una tarde de transistores, ya que no es imprescindible la victoria armera. A expensas de lo que suceda en A Malata y Mendizorrotza, el Eibar puede tener suficiente con los 49 puntos actuales pero nadie quiere arriesgarse. Las siete semanas de agonía que lleva el Eibar esperando este triunfo son ya más que suficientes.

Por parte del Numancia, la ilusión de los más jóvenes parte como el único factor motivante, no en vano Gonzalo Arconada puede alinear hasta seis jugadores de la cantera. Todo lo contrario sucede con Mandiola, que dará la responsabilidad a sus hombres de confianza.

Nada de especulaciones, por tanto, sino afrontar este choque con la debida ambición para garantizar la permanencia.