«El esclarecimiento de los hechos es una labor de todos. La petición de justicia debe ser un deseo de todos. Los jueces, cuando llegue el momento, deberán determinar las responsabilidades. El recuerdo de recientes épocas pasadas en las que parte del poder judicial estaba sometido a la normativa del `ordeno y mando' debe quedar definitivamente zanjado. Este es el momento de demostrarnos si de verdad la democracia es algo más que una aventura en un tubo de ensayo, si el poder judicial tiene la suficiente independencia para actuar al margen de los intereses de cualquier grupo político, aunque sea el de la mayoría». Estas palabras fueron escritas hace 30 años por la Comisión de Peñas tras la violenta intervención policial que causó la muerte de Germán Rodríguez y cientos de heridos en las fiestas de Iruñea, palabras que ayer fueron suscritas de nuevo por la Comisión de Peñas. Su presidente, Endika Lacuey, las pronunció a las 12.00 ante más de un centenar de personas, que las acogieron con gritos de «Germán, Joseba, gogoan zaituztegu» y «Herriak ez du barkatuko».

El acto de ayer comenzó con un aurresku ante el monolito de la Avenida Roncesvalles y una pancarta con el lema «Sanfermines 78 gogoan. Herri ekimena», portada por amigos y compañeros de Germán. A continuación, Lacuey afirmó que sanfermines 78 fue «algo orquestado, preparado en base a un criminal guión y ejecutado con toda la sangre fría en Iruñea, que fue el laboratorio utilizado para dar un escarmiento ejemplar y así abortar las ansias de libertad en todo el Estado».

«Se ha querido silenciar»

Tras recordar que aquel julio del 78 «se reventaron las fiestas, se masacró a todo un pueblo, detuvieron a muchos, hirieron a más y asesinaron a Germán», el presidente de la Comisión de Peñas constató que, «con el paso de los años, desde el poder político se ha querido silenciar la verdad y se ha intentado que olvidemos lo que pasó, hasta nos arrebataron la estela de Germán, el monolito que levantó el pueblo precisamente para no olvidar».

«Pero no han logrado sus objetivos. El pueblo de Iruñea no ha olvidado, y además, entre todos hemos conseguido que la estela sea repuesta a su legítimo lugar. Después de 30 años -añadió-, no hay culpables de aquellos hechos, no existen condenas y quieren aparentar que aquello no ocurrió. Si olvidamos, les damos la razón. Tenemos que preservar la memoria histórica de nuestro pueblo y recordar para que nunca vuelva a ocurrir y para que nadie se atreva nunca a repetir algo semejante».

Antes de dar por concluido el acto con la interpretación de «Zai dago ama» a cargo de un txistulari, se recordó que el día 16 habrá una exposición de obras sobre sanfermines 78 en la Casa de Cultura de Burlata y que se pondrán a la venta postales de esas obras con textos de diversas personas y colectivos.