«La gente no debería creerse todo lo que lee sobre cambio climático»
Investigador del GKSS Research Center de Geesthacht, fue uno de los autores que en 2004 publicó en «Nature» un artículo que sacó a la luz los fallos del bautizado como «palo de hockey» o la gráfica de la reconstrucción de la evolución de la temperatura media terrestre en los últimos 600 años, publicada en 1998, y que había servido de piedra angular al alarmante tercer informe del IPCC.
Quiso mostrarse «lo más neutral posible» en su conferencia esta semana en la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV-EHU y reconoció que todos los modelos indican un calentamiento terrestre, aunque, matizó, «su magnitud es por ahora una incertidumbre». Saber qué pasará «no es nada fácil», dijo, y «simular cómo será la actividad humana dentro de cincuenta o cien años, imposible».
Entre los escépticos y los alarmistas, ¿en qué lugar del debate se sitúa usted?
Yo me definiría diciendo que todavía hay grandes incertidumbres, que no se puede estimar cómo puede ser el cambio climático en el futuro, podría ser más pequeño de lo que algunos sospechan, pero tampoco es un problema que se pueda desdramatizar. Yo creo que no hay que ser alarmista, pero sí tomar precauciones ante las posibles consecuencias. Pero el problema que yo veo es que se está discutiendo muchísimo sobre las medidas para disminuir, por ejemplo, las concentraciones de CO2 y se discute muy poco sobre las medidas de adaptación. Y, por ejemplo, las medidas que podría tomar Europa para reducir las emisiones, climáticamente son muy poco importantes, porque si los países emergentes como China o India siguen emitiendo esos gases, las emisiones van a seguir igual.
¿Cree que el ser humano será capaz de equilibrar este desfase climático a través de avances tecnológicos futuros?
Yo soy en ese sentido optimista y la historia así nos lo hace ver. El hombre es un ser inteligente que puede adaptarse a muchas situaciones y creo que la tecnología será capaz de avanzar lo suficiente como para evitar grandes consecuencias del cambio climático. Ahora bien, hay que poner también los medios y hoy por hoy no se hace con la intensidad debida. En veinte o treinta años habremos dado con soluciones, creo que sí. En cualquier caso, la sociedad está empezando a adaptarse a uno de los primeros problemas que tiene a escala global.
El primer problema global, que no el principal problema actual de la Humanidad.
Exactamente.
Entonces, ¿cómo debería tomarse el ciudadano de a pie ese bombardeo constante de noticias catastrofistas sobre el cambio climático?
El problema de los resultados científicos publicados en la prensa es que se publican estudios muy recientes, mientras que la ciencia tiene una escala de estudio más lenta, pues necesita que sean confirmados, y para eso hace falta tres, cuatro o cinco años. Hay un desfase, por tanto. El público lo que debería hacer es no creerse todo lo que se publica en el día a día, pero sí ser consciente de los avances que se hacen poco a poco a este terreno.
¿Qué nota pondría usted a la clase científica sobre cómo está afrontando este intenso y aún incipiente debate?
En ese sentido no soy muy optimista. Es un tema en el que hay muchos intereses económicos y donde hay intereses económicos es fácil abstraerse de los problemas científicos. Tanto en la comunidad científica como en la prensa es muy difícil encontrar opiniones balanceadas, digamos, que tiendan a la objetividad. Pero en los dos campos, tanto entre los escépticos como entre los alarmistas hay intereses no muy explícitos. Yo pondría mala nota a todo el mundo.
En cualquier caso, usted de lo que no duda es de que las elevadas emisiones de CO2 a la atmósfera están detrás de la repentina subida global de las temperaturas desde 1980.
Sí. Hay otros factores que también están presentes, pero nuestro conocimiento actual nos indica que muy probablemente ese calentamiento es prácticamente producido por el efecto de invernadero antropogénico, pero, insisto, con el conocimiento actual, porque la ciencia está avanzando siempre. Hoy por hoy no se puede discutir seriamente otra opinión diferente; otra cosa es aceptar matices en cuanto a cuantificar el grado de responsabilidad. Pero está claro que el efecto del hombre es detectable.
Y, sin embargo, usted apunta a que quizá caminemos hacia un periodo más frío en los próximos años, algo que parece contradictorio.
Bueno, hay dos estudios muy recientes que necesitan confirmación, pero que no dejan de ser interesantes. En la última década se ha observado que el calentamiento se ha decelerado un poquito, es decir, no ha continuado al mismo ritmo que en los años noventa y eso necesita una explicación. Una de ellas es que el estado del océano actual tendería a favorecer un enfriamiento o a ralentizar el calentamiento. Quizá entremos en una fase en que la temperatura media global no suba en los próximos diez o quince años, o, al contrario, que esa tendencia actual acabe dentro de diez años y que el calentamiento se reinicie todavía con más aceleración. De momento, necesitaremos cuatro o cinco años para confirmar estos nuevos estudios.
Joseba VIVANCO