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Referéndum sobre el tratado de lisbos

Londres mira de reojo al voto de Irlanda sobre el tratado de la UE

Después de semanas de intensa campaña, ha llegado la hora de la verdad. El resultado del referéndum sobre el Tratado de Lisboa, que tuvo lugar en Irlanda durante el día de ayer, se dará a conocer en la tarde de hoy, tras un recuento manual de los votos. Los márgenes entre el «sí y el no» se esperan tan apretados que nadie se atreve a especular con el posible resultado de la votación, aunque, una vez más, la participación ha sido decepcionante.

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Soledad GALIANA | DUBLÍN

Hoy se cuentan los votos emitidos por el electorado irlandés durante la jornada de ayer. Los ciudadanos de la república irlandesa acudieron a las urnas para ser los únicos votantes a los que se les ha permitido expresar su opinión sobre el Tratado de Lisboa.

Los colegios electorales abrieron sus puertas desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche. Sin embargo, los votantes se hicieron esperar. Los porcentajes de participación fueron particularmente bajos durante el día, entre un 20 y 30%. Los más remisos fueron los de las zonas rurales, mientras que en la capital, Dublín, y en el distrito Norte-Centro, se registró la tasa de participación más alta del día, superando un 30%. Como en ocasiones anteriores, se esperaba que los índices de asistencia a las urnas se incrementaran a la hora de la salida del trabajo, a las seis de la tarde.

«Una fecha importante»

No obstante, no se espera que la participación supere el 50%; una expresión más del desarraigo que los ciudadanos sienten hacia las instituciones europeas y, particularmente, hacia un Tratado de contenido inaccesible para el ciudadano de a pie. Incluso en el distrito electoral del nuevo primer ministro irlandés, Brian Cowen, en Laois-Offaly, la presencia de votantes se situaba entre un 16 y 25% del total del electorado, a pesar de que Cowen había descrito el día de ayer como «una fecha importante en la historia irlandesa».

Quizás porque los irlandeses son los únicos que decidirán en un proceso de democracia directa, mientras que el resto de los estados miembro de la UE han evitado a través de procedimientos de ratificación parlamentaria el riesgo de un posible rechazo ciudadano al Tratado.

Cowen votó en la Escuela Nacional Mucklagh, en Tullamore, en el condado de Offaly a las diez de la mañana, y aunque evitó manifestarse directamente sobre el resultado del referéndum, afirmó que se sentía confiado. «Esta es una cuestión importante para el país. Es un referéndum que está a punto de cambiar nuestra Constitución y nuestros ciudadanos deben tomarlo en serio y espero que voten tantos como sea posible», remarcó tras depositar su voto.

Tanto aquellos que han defendido el Tratado de Lisboa como quienes se han opuesto habían pedido a los votantes que acudiesen a las urnas. Esta es la primera vez en la historia del Estado irlandés que se supera la cifra de más de tres millones de votantes, 3.051.278, para ser exactos. A pesar de que la campaña electoral ha llegado a su fin, la controversia y las críticas entre los partidarios y oponentes al Tratado e, incluso, entre aliados en los distintos campos continuaban ayer.

«Lo mejor que he podido»

Ante las críticas del líder del Partido Laborista, Eamon Gilmore, de que el reciente cambio de líder en Fianna Fail y en el Gobierno había retrasado el inicio de la campaña a favor del Tratado, Cowen se defendió afirmando que la ha liderado «lo mejor» que ha podido. «Hemos llevado a cabo una campaña positiva y honesta», manifestó, al tiempo que acusó a los defensores del «no» de aumentar «los niveles de confusión y miedo» hablando de cosas que «ni siquiera aparecen en el Tratado».

Por su parte, el líder de la oposición pero aliado del Gobierno, Enda Kenny, del también conservador Fine Gael, votó en Castlebar, en el condado de Mayo, mientras que Gilmore lo hacía en Shankill, en el sur del condado de Dublín. Gilmore se negó a especular sobre el posible resultado del referéndum, apuntando que si el Tratado es aprobado por los irlandeses, no habrá motivos para el análisis, pero que un posible rechazo provocará una revisión sobre la campaña de su partido.

Hay que destacar que SIPTU, el mayor sindicato irlandés y aliado del Partido Laborista, pidió a sus afiliados que votasen «no a Europa», rompiendo por primera vez con la dirección política del laborismo.

Los líderes republicanos residentes en la república irlandesa también ejercieron su derecho al voto. El diputado y portavoz del partido en el Parlamento de Dublín, Caoimhghín Ó Caoláin, lo hizo en Monaghan, mientras que la europarlamentaria por Dublín, Mary Lou McDonald, lo hacía en Castleknock, en la capital irlandesa. McDonald auguró que los márgenes entre aquellos que apoyan y se oponen al documento serán muy ajustados.

«El pueblo es soberano en estas cuestiones. No es una decisión de los partidos políticos. Esta es una oportunidad única para el pueblo de ejercer su voz democrática», resaltó.

«Democratizar»

El multimillonario Declan Ganley, director de la plataforma «Libertas», subrayó que la posible victoria del «no» obligará a la UE a «democratizar» sus instituciones de Gobierno.

otros rechazos

El posible «no» al Tratado de Lisboa despertó los fantasmas del rechazo a la Carta Magna europea en 2005 por el Estado francés y los Países Bajos, y al Tratado de Niza por parte de los irlandeses.

desconocimiento

«El propio Gobierno no comprende el Tratado. No voy a firmar un contrato que no comprendo», resaltó un votante en Drumcondra, bastión del «no» en la consulta de 2001 sobre el Tratado de Niza.

Algunos no pueden votar, pero el Tratado sigue adelante

La democracia discrimina. Eso es lo que debieron pensar los más de treinta usuarios de sillas de ruedas que viven en una residencia y en viviendas sociales en Monkstown, al sur de Dublín, y no pudieron ejercer el voto por la falta de rampa de acceso en su colegio electoral. Los electores aseguraron que nadie les había avisado de que éste no era accesible. El Responsable electoral del área alegó que había advertido a los electores con dificultades motrices que solicitaran el traslado a otro colegio electoral.

Y mientras que en Irlanda los que pueden votan, Grecia siguió ayer la estela de los parlamentos de Estonia y Finlandia, que lo aprobaron. Hasta el momento, el Tratado de Lisboa ha sido ratificado por Austria (13 de mayo), Bulgaria (28 de abril), Dinamarca (28 de mayo), Estado francés (14 de febrero), Hungría (6 de febrero), Malta (6 de febrero), Rumania (11 de marzo) y Eslovenia (24 de abril). Irlanda es el único estado en el que se celebra un referéndum.

Un dato curioso es el hecho de que el Parlamento húngaro votó a favor del documento el 17 de diciembre de 2007, tan sólo cuatro días después de su firma, lo que cuestiona el conocimiento de los diputados sobre su contenido final.

El Parlamento griego ratificó el Tratado de Lisboa con 250 votos a favor y 42 en contra en la noche del miércoles. Tanto los conservadores de Nueva Democracia como el opositor PASOK mostraron su apoyo al documento. En contra del Tratado votaron los comunistas del KKE, las izquierdas de Sirias y el partido nacionalista LAOS, quienes exigieron que el documento fuera presentado al electorado en referéndum.

El Gobierno de la República checa, mientras tanto, decidió posponer el voto para permitir al Tribunal Constitucional que emita una valoración sobre el Tratado y sus posibles repercusiones en la legislación del Estado.

En Italia, el Ejecutivo de Silvio Berlusconi tenía previsto iniciar el proceso de ratificación del Tratado el pasado 30 de mayo. Pero, sus planes se vinieron abajo cuando sus aliados de Gobierno, la Liga Norte, exigieron un referéndum.

En Gran Bretaña, Gordon Brown ha sido llevado a los tribunales por el millonario Stuart Wheeler, que exige se celebre un referéndum. S. GALIANA

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