Raimundo Fitero
Vocaciones
No es necesario haber hecho un curso de universidad de verano para deducir que la televisión despierta vocaciones. En primer lugar como parásito televisivo, es decir famoso, después como tertuliano, otro tipo del mismo género y ya con una proyección un poco más sociológica atendiendo a diversas profesiones. A saber: tenista, futbolista, motero, baloncestista. Y si acercamos un poco más la lupa sabemos que algunas series han ayudado a que crezcan el número de solicitudes para los cuerpos policiales, otros para estudiar en las facultades de Medicina o Derecho y no sabemos si series como «Los Serrano» ha contribuido al incremento de mesones.
De lo que estoy convencido es que «Californication», que presentó Cuatro con tres episodios de unos veinte minutos, va a incrementar el número de vocaciones de escritores. Si Ruiz Zafón o Follet despiertan la de aquellos que buscan en una historia medieval el camino del éxito económico de por vida, los que vean esta serie, se apuntarán para ver si son capaces de ligar tanto como su protagonista, que escribir, no debe escribir mucho porque está en crisis creativa, y le cuesta hasta mantener su blog, pero que acto social o literario al que asiste, señora espléndida que se lleva en su coche descapotable a su apartamento para practicar un sexo casi explícito, pero sano, en cuanto que es sexo en el sentido más sensual del término, sin apenas sentimiento de culpa y buscando el placer mutuo. Otra cosa es el tormento del propio personaje, su vida sentimental y familiar, su relación con su hija adolescente, y todo el retrato social que va desgranándose entre polvo y polvo, con un guión muy depurado.
El protagonista es un viejo conocido televisivo al que habíamos visto reconcentrado, ensimismado en su «Expediente X», que aquí, más maduro, aparece como un hombre sexy en su exterior y con una vida interior que provoca cortocircuitos en las otras, atractivo en su desaliño, desinhibido, con una pulsión sexual manifiesta y correspondida. Parece claro que tienen más capacidad de seducción sus feromonas que sus metáforas. Pero el actor David Duchovny está estupendo en un papel que creará estilo.