El movimiento del clérigo chií Moqtada Al Sadr anunció ayer que boicoteará las elecciones provinciales del próximo 1 de octubre. «El grupo sadrista no participará en los comicios», declaró el portavoz del movimiento, Salah al-Obeidi, que precisó que podrían apoyar a candidatos independientes.

«Queremos evitar cometer los mismos errores participando en las candidaturas interconfesionales», explicó.

Las elecciones provinciales, impulsadas por Washington, están previstas para el 1 de octubre pero, según el Ejército estadounidense, podrían retrasarse hasta noviembre.

El escrutinio debe designar a las instituciones locales, que tienen poderes añadidos en el marco del proceso de descentralización de Irak. Según el diario «Washington Post» de ayer, Obeidi precisó que «no queremos ser considerados como parte de un gobierno que permite la ocupación del país por el Ejército americano. Creemos que los ocupantes interfieren en el trabajo de los consejos provinciales cuando se trata de proyectos económicos y de su financiación», explicó el jefe de la oficina política del movimiento de Al Sadr, Liwa Sumaysim.

Intervención del Ejército

A la vez, el Ejército iraquí, apoyado por unidades de soldados estadounidenses, se desplazó a Amara, al sur, para expulsar a los milicianos chiítas y el primer ministro, Nuri al-Maliki, dio a los combatientes de plazo hasta miércoles para dejar sus armas, antes de una intervención del Ejército.

En la provincia de Missane, cuya capital es Amara, el Gobierno de Al Maliki ha prohibido la posesión de armas y soldados estadounidenses e iraquíes distribuyeron panfletos en los que ordenaban a los civiles permanecer en sus casas. Según el portavoz del Ministerio iraquí de Defensa, el general Mohammed al-Askari, «la operación se propone desarmar las milicias chiítas y recuperar los edificios públicos». El Gobierno iraquí cree que Amara podría albergar a milicianos que huyeron de Basora y Ciudad Sadr tras los combates en estas ciudades.

La milicia que dirige Moqtada Sadr cuenta con 60.000 militantes y su movimiento político ocupa 32 de los 275 escaños del Parlamento e, incluso, ha llegado a ocupar seis ministerios hasta su dimisión en abril de 2007. El movimiento ha iniciado una gran reorganización de sus estructuras.