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Final de liga en segunda división

Gran decepción tras el partido y tensión antes de la Junta

Muchas sensaciones las que se vivieron ayer en Anoeta, y ninguna de ellas positiva. La principal, lógicamente, la de la decepción que compartieron todos los integrantes de la familia txuriurdin al ver que la carambola no se producía, abocando a la Real a vivir otra temporada en el infierno de Segunda. La mala situación económica del club, con la Junta a la vuelta de la esquina, también se dejó notar en el interior del estadio, con algún momento de gran tensión.

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Amaia U. LASAGABASTER | DONOSTIA

La Real vive uno de sus peores momentos y eso se dejó notar ayer en Anoeta, donde la tristeza campaba a sus anchas a la conclusión del partido. No sólo por la confirmación de la desilusión que se venía fraguando en las dos jornadas anteriores. Más allá del plano deportivo, la crisis en la que se encuentra sumergido el club tampoco ofrece un respiro; la tensión con la que, previsiblemente, se desarrollará mañana la Junta también hizo ayer acto de presencia.

Juanma Lillo fue el primero en comparecer ante los medios, con un semblante tan difícil de describir como fácil de suponer. «Estaba convencido de que lo íbamos a obtener desde el día que vine. Pero no ha podido ser y hay que admitirlo. Con dolor, por supuesto, con muchísimo dolor», reconoció el técnico, que se mostraba especialmente apenado por el vestuario. «Si hay algo por lo que me duele no haber ascendido es por estos chavales -destacó-, que hay que ver cómo están y cómo estaban el día de Vitoria. Hay que ver cómo quieren al club, cómo quieren a la Real. Y se dejan el alma, no sólo en el campo, sino en su convicencia para hacerlo todo más fácil. El dolor por ellos es superior a cualquier otra cosa», insistió.

En lo que respecta al momento y la forma en que se le ha escapado el ascenso a la Real, el tolosarra consideraba clave el hecho de no haber llegado a la última jornada «dependiendo de nosotros mismos. Lo tuvimos en nuestra mano en Mendizorrotza, el partido estaba en nuestra mano en el minuto 92 y se marchó». El derbi de Gasteiz, sin duda, tardará en olvidarse aunque, realmente, no es el único momento importante en el que el equipo no ha respondido a la expectativas, un tanto agobiado, quizá, por la presión. «De Tenerife aquí sí que ha habido momentos en que las piernas llevaban plomo -reconoció Lillo-, pero pese a ello, el equipo ganó allí. ¿Qué desde entonces igual nos ha faltado más acierto en momentos puntuales? Esa te la compro. Pero por disputa, actitud, por alma, por deseo, desde luego que no ha sido», subrayó. Lo cierto es que ni siquiera ayer se pudo ganar, primera condición para la esperada carambola. El técnico reconoció que las victorias de Sporting y Málaga «se notaba. No te digo que en caso contrario lo hubiésemos ganado, pero saberlo iba minando la mente».

Lillo, por último, no quiso referirse a su futuro. «No lo sé yo y no lo sabe nadie. Pero ahora no me importa un carajo si este ha sido el último partido con la Real o no», zanjó.

El vestuario, hundido

Entre los jugadores txuriurdines, discurso y semblante eran similares. Iñigo Díaz de Zerio consideraba que «nuestro error estuvo ante Salamanca y Alavés; tuvimos dos oportunidades de ponernos por delante y hoy el partido habría sido diferente. Pero lo dejamos escapar y dos puntos de nueve quizá no sea digno de un equipo que pelea por subir», admitió.

Xabi Prieto, al que le costaba incluso reprimir las lágrimas, explicó que «el vestuario está hundido. Sabíamos que existía esa posibilidad y, aunque estaba difícil, te agarras a un clavo ardiendo, creyendo que puedes conseguirlo. Pero no ha podido ser. El jugador confía en que «el tiempo cure» la desilusión del momento «y el año que viene podamos subir».

«Es un día muy triste para todos los que formamos la familia de la Real -reconocía, por su parte, Gari Uranga-. Ha sido imposible. Coincidimos todos en que el ascenso se nos fue en Mendizorrotza, en esos dos minutos desgraciados. Es una gran decepción y una gran tristeza. En estas últimas semanas se habían creado muchas expectativas y no hemos podido responder. Al final, sube el que se lo merece y nosotros no lo hemos merecido», asumió.

Mikel Aranburu, por último, aseguró que pese al «palo» recibido en Mendizorrotza, «teníamos esperanzas de ganar y apurar las opciones, pero no se ha dado ni una cosa ni la otra: ni hemos ganado nosotros, ni han fallado los demás». El capitán txuriurdin admitía que, con el partido tan reciente, «lo único claro es que el año que viene seguimos en Segunda, pero ya llegará la próxima oportunidad y ojalá se consiga entonces».

La transparencia

También compareció ante los medios Luis María Antoñana Moraza, que protagonizó algunos momentos de tensión. El portavoz del Consejo quiso mostrar el «agradecimiento» de éste a la afición, así como su «firme decisión de tomar las medidas necesarias», para solucionar los problemas del club tanto en el ámbito económico- financiero como en el ámbito deportivo.

Antoñana Moraza afirmó que el ascenso en esta misma temporada «no fue una promesa de Iñaki Badiola» y dedicó buena parte de su comparecencia a destacar la «gestión» y la «transparencia» del Consejo, así como a advertir sobre «las cosas que se van a decir» hoy, víspera de la Junta. A este respecto, aseguró que ya se vienen esbozando «críticas con crudeza y con notorio alejamiento de la realidad. Quien las está instigando podía haberse presentado en su momento. No lo hizo porque el señor Badiola tuvo una idea que a nadie se le había ocurrido, poner dinero de su bolsillo».

Precisamente en este sentido, un compañero se refirió a la contradicción del presidente sobre la due diligence, que aseguró que iba a pagar de su bolsillo, para afirmar ahora que se trata de un préstamo al club. «No tengo conocimiento» o «niego la mayor» fueron algunas de las respuestas de Antoñana, que acabó asegurando que la afirmación del periodista se «aleja de la realidad» y se enmarcaba en la «línea ofensiva y de ataque al presidente que está llevando a cabo el Diario Vasco».

Tampoco, por lo que contó el portavoz, hay plan B una vez confirmado que la Real seguirá en Segunda. «Estamos a 15 de junio. Hay tiempo para planificar y para tomar decisiones».

Antoñana, por último, explicó que la denuncia ante la Federación Española por el supuesto amaño de partidos por parte de Lorenzo Sanz sigue el cauce correspondiente, por lo que aún llevará su tiempo.

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