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Final de liga en segunda división

El Eibar no pudo aguar la fiesta rojiblanca

SPORTING 2

EIBAR 0

GARA | GIJÓN

Javier Mandiola no se ha hecho millonario con las apuestas. Una mayoría aplastante de los pronósticos apuntaban al Sporting como favorito al triunfo y el Eibar no fue capaz de aguarle la fiesta.

Los rojiblancos pusieron los goles, se quedaron con los puntos y certificaron un ascenso que llevaban esperando nada menos que diez años. Enfrente, el Eibar, con poco más argumento que el orgullo, las ganas de echar una mano a la Real, y quién sabe si alguno de esos famosos maletines como premio, después de haber conseguido su objetivo una semana antes.

Motivaciones que fueron suficientes durante buena parte del encuentro. Al menos hasta que Bilic abrió el melón, a diez minutos del descanso. Hasta ese momento, el equipo azulgrana se había mostrado como algo más que un convidado de piedra. Con algunos cambios en el once -entraron Manu Herrera, Gurrutxaga, Martino, Natxo Insa y Zurutuza-, que recuperaba la defensa de cinco, los armeros pusieron muchas ganas desde el pitido inicial. Rozaron incluso la campanada, pero Amoedo Chas no quiso saber nada de un claro penalti a Yagüe cuando apenas se cumplía el primer cuarto de hora.

Pese a que el juego visitante tampoco era para echar flores, la presión pareció empezar a pasar factura a los asturianos. Quizá por eso las cosas empezaron a cambiar después de que el gol del Córdoba en Anoeta allanase aún más su camino. Casi de inmediato, Bilic buscaba la escuadra con una falta directa que abortó Manu Herrera con una gran intervención, y unos instantes después llegaba el gol local, también a cargo de Bilic, que cabeceaba a las redes un centro de Barral.

Tranquilidad

Ahí se acabó la oposición armera. El Sporting controló el segundo tiempo de principio a fin, tranquilo ante la falta de mordiente visitante y con unos marcadores que hacían prácticamente imposible la carambola. Aún así, buscó el segundo, que estuvo a punto de llegar con otra falta directa de Bilic, que repelió el larguero. La sentencia, de todos modos, acabó llegando. Fue a once minutos del final cuando, una vez más, Bilic abría a la derecha para que el recién incorporado Luis Morán cruzase ante Manu Herrera.

De ahí al final, sólo hubo lugar para las celebraciones. Y para las despedidas, numerosas en el caso del equipo eibarrés, con el que muchos jugadores disputaron ayer su último encuentro.

 

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