En julio 1920 se fundó en Gasteiz el Sport Friends. Fue el embrión del actual Deportivo Alavés, denominación que adquirió el 23 de enero de 1921. Hilario Dorado y José Gabriel de Guinea fueron los primeros presidentes de un equipo que jugaba sus partidos en el «Camino de Lasarte». Así, hasta el 27 de abril de 1924, cuando se inauguró Mendizorrotza con un choque entre los babazorros y la S.D. Deusto. Un año después, el equipo se inscribió en la Federación vizcaina y pasó a jugar en las diferentes categorías de dicho herrialde, siendo un subcampeonato, por detrás del Athletic, en 1928 su mayor logró. Ese año, los albiazules consiguieron disputar las semifinales de Copa.

En la temporada 28-29, el Deportivo Alavés jugó en Segunda división. La campaña siguiente, con Pepe Baonza en el banquillo, la escuadra arabarra consiguió el ascenso a Primera. Dentro de aquella plantilla se encontraban internacionales como Ciriaco y Quincoces. El conjunto gasteiztarra logró mantenerse durante una temporada, pero los problemas económicos obligaron a vender a bastantes futbolistas. Después de muchos años de travesía por la Tercera división, especialmente en la década de los 40, el Alavés volvió a Segunda en 1950 con Ausina como técnico del equipo. Fue una buena etapa, ya que en 1954 consiguieron retornar a Primera. Manolo Etxezarrera era el entrenador y Etxeandia, Primi, Ibarra, Berasaluze o Etxaniz fueron algunos de los jugadores de una singladura que duró dos años.

Tras el descenso, al Glorioso le tocó sufrir. En 1959 esquivó bajar a Tercera en la promoción, pero no pudo hacerlo 12 meses más tarde. Fue un paso temporal, ya que el equipo logró subir otra vez a Segunda, categoría en la que se mantuvo hasta 1964. A partir de ahí, llegó una década donde el club alternó alegrías como el ascenso a Segunda de 1967 o el tremendo sinsabor sufrido en 1970, tras haber tenido a Puskas como secretario técnico, cuando el Alavés cayó a Regional. Eso sí, fue durante una temporada nada más, tras remontar el vuelo bajo la dirección de García Andoin o Koldo Agirre.

En los setenta, en Segunda y en la Copa

La temporada 73-74 supone una de las campañas más importantes de la historia del club. Con Ramos Galarraga en el banquillo, el Alavés consiguió retornar a Segunda. En dicha categoría, el equipo albiazul se instaló como uno de los gallos gracias, entre otros, a José Ramón Badiola, un joven argentino llamado Jorge Valdano y, más tarde, Juan Señor. Ben Barek, Joseíto o Txutxi Aranguren fueron los entrenadores de un Alavés que logró colarse en los cuartos de final de la Copa en 1978 y 1979, bajo la batuta del vizcaino. Al final de dicha campaña, Badiola y Valdano fueron traspasados al Zaragoza. El ondarrutarra iba a pernoctar junto al gerente del equipo albiazul, el histórico ex jugador José María Zarraga, en el Hotel Corona de Aragón el 12 de julio de 1979, el mismo día en el que dicho establecimiento resultó incendiado y fallecieron 80 personas. Preso del pánico, Badiola se arrojó al vacío y no volvió a ser el mismo. En la siguiente campaña, un entonces jovencísimo Andoni Zubizarreta formó parte del plantel gasteiztarra.

Finalmente, en 1983 se acabó esta etapa en Segunda. Así, el Alavés fue uno de los equipos que jugó en la recién estrenada Segunda B. Categoría en la que permaneció dos años, en la 84-85 con José Manuel Esnal `Mane' como míster, antes de volver a las catacumbas de la Tercera con Nando Yosu en el banquillo. Una división en la que el equipo arabarra permaneció cuatro años.

Llegada de Juan Arregi a la presidencia

En 1989 y tras haber corrido un riesgo real de desaparición, un grupo de empresarios decidió apostar por el equipo, también recibió ayuda del Athletic, y se inició una nueva fase en la historia del club. En dicha campaña, ya con Juan Arregi como presidente, el Alavés sube a Segunda B. En dicha categoría, los babazorros se instalaron como uno de los equipos a batir, pero una y otra vez fracasaban en el play-off. Así, hasta 1995. Aquel año, un 21 de junio en Jaén, y, de nuevo, con Aranguren en el banco y futbolistas como Manolo Serrano, Iván Campo, Tito o Lluis Codina, el Alavés ascendió a Segunda A.

Un año más tarde, los babazorros completaron una sensacional campaña y estuvieron a un paso de jugar la promoción de ascenso. La siguiente campaña no fue tan brillante y Aranguren dejó el equipo. El verano de 1997 es clave en la historia del club. Mane y Ondarru tomaron las riendas del equipo y, contra pronóstico, batieron todos los récords de puntos en Segunda -con 82- y metieron al equipo en las semifinales de Copa. Karmona, Serrano, Sívori, Pablo, Berruet o Téllez fueron algunos de los protagonistas de aquel hito. Junto a ellos, dos ilustres como un imberbe Raúl Tamudo y Armando Ribeiro formaban parte de la plantilla.

La noche de Dortmund

De nuevo en Primera, el Alavés pudo salvarse en 1999, entre otros gracias a la aportación de Karmona, Canabal, Pablo, Sívori y de fichajes invernales como Belsue, Vitamina Sánchez y, sobre todo, Julio Salinas. Después del sufrimiento llegó el salto de calidad. Con incorporaciones como los repescados Javi Moreno y Téllez y la llegada de Contra, Astudillo, Herrera, Kodro, Torres Mestre o Nan Ribera los babazorros lograron clasificarse para la UEFA por primera vez en su historia.

Una competición donde el Glorioso rozó la gloria. Tras dejar en la cuneta a Inter, Girondins o Kaiserlaurtern en el camino, el 16 de mayo de 2001 el equipo tuvo su cita con la leyenda. Los aficionados recuerdan prácticamente de memoria aquel equipo entrenado por el binomio Mané-Ondarru y que tenían en Herrera; Contra, Geli, Karmona, Téllez; Pablo, Astudillo, Tomic, Jordi Cruyff; Iván Alonso y Javi Moreno su base principal sobre el verde. La final fue una de las mejores de la historia, pero Geli se marcó en propia meta en el descuento para dejar el 5 a 4 en el marcador. Los albiazules aún aguantaron un tiempo en la élite y en 2002 se volvieron a clasificar para Europa.

Ese verano, el presidente Gonzalo Antón tiró de talonario y fichó a nombres como Dutruel, Abelardo, Edu Alonso o Ilie. La apuesta fue un fracaso y con cese previo de Mané de por medio, el equipo bajó a Segunda. En el `año en el infierno', Pepe Mel no pudo lograr la meta del ascenso. Finalizada esa temporada, Antón vendió el 51% de las acciones del club a Dmitry Piterman. Los tres años del ucraniano al frente tuvieron de todo y poco bueno más allá del ascenso a Primera de 2005. Un oasis dentro de una gestión que acabó con el Alavés en Segunda y con una grave crisis económica que todavía acusa el club y que ha sido una losa para afrontar la temporada recién finalizada.

Así las cosas, los goles de Aganzo, Gabri y Toni Moral, en sólo seis minutos, han salvado al Alavés de algo más que un descenso.