Toda serie o programa de éxito tiene secuelas. Incluso precuelas. Incluso oportunismo. «El método Gonzo» es una secuela de un presentador que adquirió su relativa fama en «CQC», en la anterior etapa. Tenía una sección de denuncias y funcionaba casi cada semana. Ahora, de estrella central, no acaba de encontrar el tono. Nos cansamos de repetir la misma apreciación. No todos lo seres humanos son capaces de conducir en primera persona un programa televisivo. Y hay propuestas que con diez o quince minutos son excelentes, pero que a la que las alargas pierden absolutamente fuelle y todo se desvanece. Además hay que entender que ese lío de cabeza de ratón o cola de león es una actitud filosófica que cada vez se esconde más y todos quieren ser, desde el primer momento, cabezas de león.

Los resultados de Gonzo y sus amigas con el medidor exterior en la mano no auguran muchas oportunidades más en Antena 3, una cadena falta de programas que le ayuden a levantar el vuelo. Y quizás «Lex» sea a medio plazo una de esas posibilidades de encontrar una clientela fiel y distinta. La serie a falta de definición contundente en algunos de los casos tratados en los juzgados, puede funcionar. Javier Cámara hace un personaje cargado de matices que nos parece de lo mejor que actualmente se ofrece en las producciones propias, demostrándose, una vez más, que en la televisión también se pueden hacer buenas interpretaciones, buenos guiones y buenos escenarios.

Tampoco estaba mal el trabajo en conjunto del equipo actoral de «El caso Wanninkhof», aunque estamos un poco cansados de ver a Luisa Martín con cara de sufrimiento constantemente. En esta mini serie de la primera estatal, lo que encontramos es una redundancia. No tiene mala factura, pero parece un documental y no una serie. No le acabamos de encontrar el punto de enganche, pero nos pareció de un buen nivel general. Pero en medio de todo esto, ganaron la partida «Los Serrano», con sus métodos clásicos pero con historias más chocarreras. Aquí las secuelas las pueden tener sus seguidores. Viendo estos capítulos uno tiene la sensación de estar ante la televisión de hace unos años, no la que ahora se hace con rigor y gusto.