Barañain inició ayer sus fiestas, pero debido a la polémica de las últimas semanas y la negativa del Ayuntamiento a atender a los colectivos que son parte imprescindible de las celebraciones, el alcalde José Antonio Mendive (UPN) lanzó el cohete ante una plaza que se había vaciado de repente. Más tarde, vecinos abroncaron a las autoridades al salir por la puerta trasera, y denunciaron que hubo quien les respondió brazo en alto, con el saludo fascista. Mendive había recibido el respaldo de importantes dirigentes de UPN y PSOE de Iruñerria que acudieron al desangelado chupinazo.

Por la mañana, y ante el anuncio el día anterior de que la Comparsa de Gigantes, txistularis y demás colectivos no participarían en las fiestas, Mendive se reunió con los colectivos en un intento de encauzar las cosas, pero en la comparecencia posterior éstos dejaron claro que «a seis horas del chupinazo no se puede apaciguar nada».

En la reunión, el alcalde ofreció retirar algunos de los obstáculos que había justificado la semana anterior, pero sin cambiar de posición de fondo alegando «falta de tiempo» y remitiendo la cuestión al año que viene. Es el caso de la demanda de ubicar las txosnas en el colegio Alaitz, como siempre. Según Mendive, «no hay tiempo material».

El argumento carece de sentido si tenemos en cuenta que los permisos para los actos festivos fueron solicitados hace dos meses, y que durante las dos últimas semanas los colectivos han solicitado una y otra vez al alcalde poder ser recibidos para solucionar el problema. Hasta se hizo una entrega de 1.816 firmas. El último intento había sido el día anterior; se llevó al Pleno una moción con la demanda de los colectivos, y fue rechazada por votos de UPN y PSN, y la ausencia de dos ediles de NaBai.

Por ello, los colectivos anunciaron que «este año las fiestas populares y participativas de Barañain empiezan el viernes (por mañana)»; prevén organizar un programa alternativo para el fin de semana. Mientras, sólo habrá «fuegos y vacas», tal y como aseguraba alguno.

Ampliamente respondido

El plante anunciado por los colectivos fue seguido tanto por vecinos como por otros grupos contratados por el Ayuntamiento. Así, el grupo musical Blai, invitado para ayer, anunció su adhesión a los colectivos, suspen- diendo su actuación.

Lo vivido durante las últimas semanas no había ocurrido antes en Barañain; a escasas dos semanas de las fiestas, las Comisiones de Fiestas y de las Txosnas denunciaban las restricciones, prohibiciones e imposicio- nes a las actuaciones organizadas por ellos para estos días: El cambio de ubicación de las txosnas al polígono de Lagunak -alejado del centro-, restricciones de horarios, prohibiciones de actos, recorte de subvenciones a colectivos, negativa a firmar el convenio y falta de locales.

Lejos de reunirse con ellos, y ante las multitudinarias movilizaciones reivindicando «Jaiak guztiontzat-Fiestas para todos», identificadas con el pañuelo verde, la respuesta a sus demandas ha sido represión policial. El pasado viernes, en el acto de prefiestas un agente foral llegó a sacar la pistola ante las protestas de los vecinos; el martes, una vez finalizado el pleno, la Guardia Civil cargó contra los vecinos, y ayer había tomado los alrededores del centro.