Crónica | Detención de diez jóvenes independentistas
Diez jóvenes detenidos pese a estar a disposición del juez
Deja vu. Se define con este galicismo la experiencia de sentir que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación que es nueva. Sucedió con varios jóvenes donostiarras en diciembre y volvió a pasar ayer. Los policías españoles volvieron a dejar patente que los juzgados no reciben a los ciudadanos vascos sin antes pasar por sus manos.
Gari MUJIKA
«¡Claro que tenemos miedo! Cuando en este pueblo la incomunicación y la tortura se convierten en el pan de cada día, ¿quién no le tiene miedo a los distintos cuerpos policiales? Y, más, sabiendo que vamos a ser detenidos. Pero entendemos que en estos momentos es lo que tenemos que hacer: hay que pararle los pies a la criminalización de la juventud vasca, porque no podemos aceptar que por ser jóvenes e independentistas estemos en el punto de mira de la represión».
Así de tajante se mostró ante los medios de comunicación Oihana Mujika en Oiartzun, acompañada por los jóvenes de Barakaldo Jon Villanueva y Asier Gómez, y por los vecinos de Oarsoaldea Alain Luna, Hodeiertz Urain, Maitane Linazasoro, Egoitz Urbe, Oinatz Arbelaitz, Imanol Sagarzazu e Iker Zabala. Sobre estos jóvenes pesaba una orden de «busca y captura» desde hace dos meses. En el caso de los ocho de Oarsoaldea desde el operativo que orquestó el juez Grande-Marlaska el 18 de abril y la Policía española no los halló en sus respectivos domicilios; y, en el de los barakaldarras, desde que el 6 de mayo la Ertzaintza tampoco les pudo apresar.
Arropados por más de un centenar de ciudadanos, los diez jóvenes comparecieron ayer en Oiartzun para denunciar cómo el mismo juez que mandó detenerles les ha negado una y otra vez el derecho a presentarse en la Audiencia Nacional española y les invitaba a que acudiesen a alguna comisaría de la Policía.
«Más espacios de impunidad»
El abogado Iker Sarriegi denunció cómo la Audiencia Nacional, «en un acto que roza la ilegalidad», se ha negado a levantarles la orden de detención, pese a que los jóvenes han mostrado de forma reiterada su disposición para acudir a Madrid.
Sarriegi denunció que con ese proceder el tribunal especial muestra «su carácter de instrumento represor», haciendo caso omiso incluso a las garantías que recoge la propia Constitución española, e hizo hincapié en que la «apuesta represiva» de la Audiencia Nacional española es la de crear «nuevos espacios de impunidad para conseguir autoinculpaciones de los jóvenes, porque no hay pruebas en su contra, es más, es que no hay ningún delito».
Al respecto realizó un llamamiento expreso tanto a la ciudadanía vasca como a los juristas para que «no dejen implantar en Euskal Herria el estado de excepción» que, cada vez, vuelve a dar una vuelta de tuerca más. Denunció que el tribunal especial «aplica el Derecho Penal de Autor; es decir, no te detienen por lo que has hecho, sino por quién eres». Jóvenes, vascos y, además, independentistas.
Cabe destacar que el mismo Grande-Marlaska, el juez instructor que ha rechazado recibir a los jóvenes que en abril mandó detener, habló largo y tendido al respecto del Derecho Penal de Autor anteayer en una conferencia que llevó a cabo en la Universidad de Salamanca. «No podemos crear el derecho penal del enemigo, que todo valga para luchar contra determinado tipo de delincuencia, por mucho que esa delincuencia nos perturbe a todos», dijo el vizcaino.
Marlaska y sus lecturas
Quizás no estaría pensando en los vascos, pero los jóvenes independentistas ya se encargaron de aclararlo al afirmar con rotundidad que «nosotros no somos terroristas, ni tampoco unos delincuentes. Nuestro único delito es ser jóvenes e independentistas. Y, en eso, no vamos a dar ni un paso atrás».
Los diez jóvenes enmarcaron su persecución en la estrategia que, a su entender, está llevando a cabo el Gobierno del PSOE con objeto de «aniquilar a la juventud independentista». Aun a sabiendas de que antes o después iban a ser detenidos, hablaron en términos de responsabilidad y recordando que el fin último del operativo judicial y policial era y es «juzgar la militancia política» de estos jóvenes.
Recordaron que esa fue la conclusión de los jóvenes de Oarso que sí fueron arrestados en la primera parte del operativo y que, después de denunciar todos ellos malos tratos y torturas -uno de los jóvenes tuvo que ser intervenido de urgencia tras autolesionarse en los calabozos de la Audiencia Nacional-, comparecieron públicamente cinco de los que quedaron en libertad. La organización juvenil Segi era el objetivo de la operación, y no ningún entramado relacionado con actos de kale borroka, según denunciaron en Donostia.
Llamamiento a la juventud
Mujika recordó cómo incluso en los momentos más difíciles la juventud vasca ha sabido seguir adelante en su labor de construir Euskal Herria sin caer en la desesperación que, entienden, intentan insertar los estados mediante la represión.
Por ello se dirigió a la juventud de Euskal Herria para invitarle a que siga organizándose y luchando por sus derechos como colectivo, «luchando por un pueblo libre en el que todos nosotros también seremos libres» y, «cómo no», denunciando todas las actuaciones represivas contra la juventud vasca.
Rondaba el mediodía cuando los emotivos aplausos de decenas de personas daban cuenta del final de la comparecencia. También de que el tiempo comenzaba ya a correr en su contra; los abrazos, los sollozos y las lágrimas de familiares y amigos sólo confirmaban lo evidente.
Se despidieron entre aplausos y vítores de ánimo. Se dirigieron rumbo a Donostia, con intención de comparecer en el Juzgado de Guardia, sito en la plaza Teresa de Calcuta. En diciembre, la docena de donostiarras que se presentaron en Madrid consiguieron tocar una escalinata de la Audiencia Nacional española; ayer, en Donostia, la Policía española sólo les dejó descender de los vehículos. Eran las 12.35 cuando llegaron, pero se adelantaron los policías.
Uno a uno les identificaron, y les comenzaron a introducir en coches camuflados. La llegada de los medios de comunicación no les gustó; se colocaron los verdugillos e increparon a periodistas. Al redactor de GARA le retiraron los apuntes. Una tarea que repitió después uno de los ocho ertzainas que respondieron a la llamada de sus colegas.
Sólo hubo tiempo para recordar las últimas palabras que dijeron en Oiartzun: «Son momentos duros para luchar por la independencia, pero cuando un pueblo hace una elección para ganar, es imparable. Nosotros también hemos optado por ganar. Jo ta ke, irabazi arte!».
Los diez jóvenes no se encontraban incomunicados y hoy compareceran ante el juez. En solidaridad con ellos, 400 personas se manifestaron en Orereta, 300 en Oiartzun y 70 en Barakaldo. Desde Oiartzun han organizado un autobús a Madrid.
GARA fue informado de que sobre las 17.00 cuatro policías introdujeron a un joven detenido en la Casa de Socorro, situado en la plaza Gipuzkoa de Donostia. Fuentes de la defensa señalaron que fueron enviados ante el forense.
El joven de Barakaldo Sendoa Jurado, que fue detenido por la Ertzaintza el 6 de mayo, ha sido trasladado a más de mil kilómetros de Euskal Herria. Se encuentra en la gaditana cárcel de Algeciras, a pesar de que está catalogado como preso preventivo.