Se anunciaba que durante la tarde de ayer sería difícil distinguir la Gran Vía de Bilbo del Hollywood Boulevard. Aun y todo, las previsiones superaron lo esperado cuando estrellas de cine tomaron, literalmente, este espacio. La película que se vivió ayer empezó cuando a las 18.00 de la tarde un numeroso grupo formado por una treintena de artistas iniciaban el espectáculo «Rodando Grease». Canciones como «You are the one that I want» o «We go together» sonaron diferente. Quizá, por el toque «a la bilbaina» que pretendieron darle al mítico musical los integrantes de Tiki Titá. Las escenas de la fiesta de final de curso del instituto que vivieron los seis protagonistas del film se vieron ayer en la escalera y la explanada de enfrente de la Diputación. Fueron dos pases que despertaron mucha expectación. Los más pequeños, con la espontaneidad que les caracteriza, se lanzaron a bailar mientras que sus padres, algo más tímidos, sólo se animaron a tararear las conocidas melodías.

Pero más allá de Grease, todo eran ayer «Momentos de cine» por la calle. Marilyn esperaba sobre su escenario coqueteando con todo el que se acercara. «Debería verse la escena en la que le levanta la falda», comentaba entre risas un joven. Y así era, lo único que el pase no había comenzado. Para poder ordenar todos los espectáculos, cada trozo de película tenía un momento de actuación. Entre ellos, los artistas aprovechaban para hablar con el público y sacarse fotos con todos los que se animaban. Pero cuando sonaba la música de cada escena ya no había lugar a dudas. La acción había comenzado. Durante unos cinco minutos en cada uno de los diez pequeños escenarios de la Gran Vía se representaba un fragmento de diez míticas películas. A «La Quimera de Oro» le seguía «Stars Wars» y luego «Cantando bajo la lluvia». El público veía una escena, aplaudía y salía corriendo unos metros para llegar hasta la siguiente. «Nos hemos perdido a Superman», se quejaba un niño. No hay problema, los pases se iban sucediendo hasta un total de ocho, que volverán a repetirse hoy a la tarde desde las 18.00 horas. Si se completaba el recorrido de las diferentes escenas se acababa formando una película tan curiosa que daba inicio con el amor intergaláctico entre la princesa Leila y el cazarrecompensas Han Solo y seguía viendo como Clark Kent se convertía en Superman. El baile de «Cantando bajo la lluvia» se llevó algunos de los aplausos más cálidos, por mucho que el tiempo no cumplió su parte de protagonismo, para alegría de los organizadores.

Clases de cine

Para coordinar tanta actuación, había un gran trabajo de producción detrás.«Gaitzerdi Teatro ha organizado todo esto de las escenas y la verdad es que han hecho un curro impresionante», comentaba Humphrey Bogart mientras esperaba su turno. «Baila Gene Kelly, después le toca el turno a Gilda y luego empiezo yo». Se mostraba muy contento con la iniciativa; «se trata más de una exposición delante del público que no del hecho de actuar», apuntaba.

Más allá de unas escenas teatralizadas, lo que se pudo vivir ayer en Bilbo y que, probablemente, se repetirá hoy fue una clase de cine. Cuando no eran dos hijas las que se enteraban de quién había sido Charlot era una cuadrilla de amigos entre los que se comentaban las películas de Groucho Marx. Los vestidos de Marilyn, Audrey Hepburn o Rita Hayworth también despertaron alguna que otra envidia. Y, por último, la mayoría de curiosos aprovecharon para llevarse a casa una instantánea junto a las estrella de Hollywood, supiesen quienes eran o no.

«Actiooon!!!», te graban

Y como no podía ser de otra manera la música de películas conocidas también se pudo escuchar por toda la calle. Era la Banda Dixie la que recreaba el ambiente musical de Nueva Orleans. «Con esta música, parece que te metes dentro de una película», explicaba emocionada una señora que se había encontrado en medio del ambiente de cine por sorpresa y que aseguraba estar «encantada».

Si con tanto ambiente cinématográfico alguien sintiera las ganas de figurar como actor o actriz, los catalanes Clownx Teatre traían la solución. Los cuatro directores de cine mudo, integrantes de la compañía, anduvieron desde las 20.00 Gran Vía arriba y abajo en busca de protagonistas para su próxima película. Ataviados con viseras y pantalones bombachos, se trasladaban sobre un vehículo a pedales para capturar en su cámara con manivela a improvisados actores que se animaran de entre el público.

Otros mitos del cine estuvieron presentes ayer de una manera algo menos viva. Se trataban de 15 siluetas de tamaño natural repartidas a lo largo de la Gran Vía. Los vecinos tenían la posibilidad de sacarse una foto estando a la altura de Rocky Balboa o Terminator, intentar robarle el anillo a Gollum o tener un retrato junto a Lara Croft para fardar después. Sin embargo, estos seres de papel no despertaron tanta curiosidad como el resto de personajes, que tenían carne y huesos.

Después de que hoy se vuelva a vivir un espectáculo cinéfilo, Kalealdia se despedirá hasta la semana que viene. Entre el martes y el jueves será en el Casco Viejo donde prosiga el festival. 15 compañías con 27 representaciones demostrarán a través de las plazas, así como de forma itinerante por calles y cantones, «la creatividad y vitalidad» del teatro de calle en el presente, tal y como señalan los organizadores del evento que convertirá la vía pública en escenario y donde destacan, como representación vasca del Kalealdia, las companías Organik, Gaitzerdi y Markeliñe.