La cocina ha evolucionado tanto que ya cualquier variante es posible, incluso una dedicada a la espiritualidad, por más que parezca algo contradictorio.

La alimentación siempre ha sido contemplada como una necesidad física, pero en la cultura budista no ha sido así, ya que en ella existe la idea de que puede servir para nutrir el alma. En fin, en otros pueblos primitivos también pensaban lo mismo de la antropofagia, por aquello de que si te comes a tu enemigo se reencarna en ti.

La cuestión es que existe un maestro zen llamado Edward Espe Brown que imparte sus enseñanzas en forma de recetas culinarias, convencido de que para mantener sana la mente hay que cuidar bien el cuerpo, lo cual se consigue con unos hábitos alimenticios adecuados.

De la ficción, al documental

La realizadora alemana Doris Dörrie ha viajado a los Estados Unidos con su cámara para recoger su particular filosofía religioso-gastronómica, pasando de la ficción al documental a propósito de un tema curioso.

Atrás quedan «Hombres, hombres» y el resto de comedias en que satirizaba al sexo opuesto, porque intuye que la crisis de Occidente está cambiando la forma de ver las cosas y hay un mayor interés por lo superficial, por la búsqueda de un perfeccionismo formal, lo que hace que la cocción exacta de unos rábanos se vuelva de repente importante.