Varios indicadores dejaron claro ayer que los responsables de las instituciones económicas y financieras mundiales van a cargar el coste de la crisis sobre las economías familiares. Así, las medidas macroeconómicas adoptadas afectarán sobre todo a los sectores más desfavorecidos.

Entre otras medidas, el director del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, subió el precio del dinero un cuarto de punto con el objetivo de «controlar la inflación». El Euribor, que afecta a la mayoría de las hipotecas domésticas, vivió un nuevo tope y los datos sobre consumo fueron claramente negativos. Entretanto, sube la factura de la electricidad y unas prematuras rebajas con olor a liquidación llaman a gastar un dinero que la mayoría no tiene.

La responsabilidad de la crisis corresponde directamente a los errores en los mecanismos de control de la macroeconomía y a su nefasta gestión política y económica. Es decir, los mismos que a la vez que niegan la crisis toman este tipo de medidas para paliarla. Las medidas tomadas están encaminadas a controlar la inflación y salvar al mercado, aunque sea a costa de hundir a millones de personas.