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Surf Las olas del futuro

Súrfpolis, la ola mecánica que evita los caprichos del mar

Las experiencias de las primeras piscinas artificiales auguran un gran éxito con el desarrollo tecnológico

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Juanpe SANSINENEA | DONOSTIA

En el año 1927, Fritz Lang, un vanguardista director de un recién nacido arte llamado cine, decidió inventar una de las grandes temáticas de esta faceta cultural; la ciencia ficción.

Con su obra, «Metrópolis», Lang avanzaba un futuro no muy lejano a nuestro presente y preveía que una clase intelecto-dominante controlaría a una clase trabajadora que vivía en el subsuelo de la gran ciudad. Respecto a que la clase intelectualmente pudiente fuera la que llevara las riendas del poder se equivocó de lleno, pero sí acertó en el devenir tecnológico y la presencia cada vez más influyente de ramas científicas como la informática, robótica, etc...

El mundo que Lang intuía era el del año 2026. Pero, ¿quién le iba a decir a él que antes, entre el 2005 y el 2010, se iba a poder practicar un deporte como el surf en olas de 2 metros en ciudades sin mar como Berlín, Moscú, Tutera o Móstoles?

Cómo podíamos pensar surfistas de hace dos décadas que nuestros hijos o nietos, un día iban a organizar con la cuadrilla un surfari al desierto de los Monegros. Pues esto ya es posible.

Ya hace un tiempo que se crearon piscinas con olas artificiales, pero se trataba del típico plis-plas mareante y aburrido.

Se continuó con un chorro permanente contra una supercicie curva que permitía desarrollar ciertas maniobras con tablas más propias del bodyboard que del surf. No obstante, la práctica ausencia de masa acuática y por lo tanto de fondo, las hacía peligrosas y no reproducían satisfactoriamente las sensaciones de una ola de verdad.

Segunda revolución

Pero ya no hay vuelta atrás. Estamos entrando en lo que puede llamarse la segunda revolución industrial del surf. La primera lo constituyó el despegue y desarrollo de las grandes marcas y su asimilación por la sociedad hasta hacer de éstas grandes multinacionales cotizantes en bolsa.

Pero su soporte principal, el surf de alta competición, siempre ha tenido un importante enemigo técnico a la hora de seducir a una de las mayores fuentes de ingresos del deporte profesional; la televisión. Ese enemigo es su principal aliado: el mar. Pero el mar es caprichoso. A veces no llega a la cita. Otras se junta con su colega el viento y los dos en malas condiciones, son intratables.

El hombre ha encontrado la solución. Ha creado los estadios de surf. Ya están aquí las playas de fina arena a la carta, con olas a la carta, con temperatura a la carta, con todo a la carta. Así se resuelven varios problemas que podían frenar -que estaban frenando- la expansión del surf como industria y como sueño.

En el futuro se podrá hacer surf en cualquier lugar del interior. Se podrán crear circuitos indoor, donde las condiciones climatológicas y sobretodo marítimas, no tendrán influencia. La televisión podrá retransmitir bajo el horario previsto.

Y tras las primeras piscinas de olas artificiales de Durban, San Diego, los proyectos que pronto estarán en marcha en Santiago de Chile y en Singapur, aparecen, además, nuevas sedes, como el Loro Parque de Tenerife, con inspiración en paisajes tailandeses -de ahí su «Siam Park»- y en Euskal Herria, en Leioa, en un futuro mega-macro-supra complejo deportivo de 60.000 metros cuadrados.

Mientras tanto, nuestros surfistas se baten contra el mar en olas naturales. Hodei Collazo superó la tercera ronda del Mr Price, en Durban, mientras que Txaber Trojaola fue eliminado.

Otros, en cambio, como nuestro WCT Aritz Aranburu, quizás demasiado humano, se ha vuelto a lesionar en el tobillo y va a tomarse la rehabilitación de una forma tranquila y definitiva. No irá al Jeffrey´s Pro de Sudáfrica, pero peor que éso sería una lesión grave.

Industria y sueño

El hombre ha creado los estadios de surf. Ya están aquí las playas de fina arena y olas a la carta. Así se empiezan a resolver varios de los problemas que podían frenar la expansión del surf como industria y como sueño.

Televisión

En el futuro se podrá hacer surf en cualquier lugar del interior, donde las condiciones climatológicas y sobre todo, marítimas, no tendrán influencia. La televisión podrá retransmitir bajo el horario previsto.

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