«Decir que voy a refinar mis políticas no es de ninguna manera inconsistente respecto a mis declaraciones previas y no cambia mi postura estratégica de que hay que terminar esta guerra y de que le voy a poner fin como presidente», afirmó el candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama.

Obama, que basó su carrera para la nominación en su inicial y feroz oposición a la guerra, aseguró esta semana que podría modificar su plan de retirada de soldados en los 16 meses siguientes a su llegada al poder si cambia la situación en Irak. El comentario tuvo gran repercusión y generó duras críticas.

Por eso, reiteró que «estoy absolutamente comprometido con poner fin a la guerra» y añadió que «estoy firme en mi creencia de que éste ha sido un error estratégico y que la guerra tiene que terminar. Sería un error estratégico mayor mantener el tipo de ocupación indefinida que prometió John McCain». Sin embargo, matizó que «el ritmo de retirada será dictado por la seguridad de las tropas y la necesidad de mantener la estabilidad».

Condonación

Por otro lado, Emiratos Árabes Unidos (EUA) anunció ayer la cancelación de la totalidad de la deuda externa contraída por Irak con la federación, que suma poco menos que 7.000 millones de dólares, incluyendo intereses y pagos atrasados, en respuesta a las peticiones de Washington y Bagdad a los países árabes para que perdonen las deudas a Irak, que suman en total unos 80.000 millones de dólares.

El anuncio coincidió con el nombramiento del embajador de EUA en Irak, donde ningún embajador de un país árabe había sido destinado permanentemente tras el secuestro y muerte de Ihan al-Sherif en 2005.