Partía entre los favoritos y la llegada le favorecía, pero Thor Hushovd aseguró que no se veía «como para ganar».

«Estuve enfermo antes del Tour -explicó el noruego- y en la primera etapa tampoco me sentí muy bien, me faltaba un poco de ritmo. Aunque hoy me encontraba mejor, la etapa también se estaba haciendo dura con el viento y no me veía capaz de ganar, sabiendo, además, que el final tenía varios repechos».

Pero el equipo entero se puso a su disposición y Hushovd pudo rematar. «Primero me han protegido y al final, cuando ha saltado Cancellara, Mark (Renshaw) ha reaccionado con tranquilidad, me ha llevado arriba y ha hecho un trabajo perfecto para mí».

Con la victoria en el bolsillo, el sprinter de Crédit Agricole parece haber olvidado todos sus males y ahora quiere más. «Con este objetivo cumplido, estoy mucho más tranquilo para pelear por el maillot verde y espero que también por alguna etapa más», aventuró.

Probando

Entre los nuestros, los corredores de Euskaltel volvieron a dejarse ver. Amets Txurruka, el ciclista más combativo del Tour 2007 fue, de hecho, el primero en atacar. «Ayer lo consiguió Rubén y hoy lo he intentado yo, pero con estos `caballos' cualquiera puede», admitió, al tiempo que prometía que seguirá intentándolo. «He venido con el mismo ánimo del año pasado».

Los líderes del equipo, por su parte, se mostraban satisfechos por haber vuelto a salvar la etapa sin excesivos problemas, pese al pinchazo que sufrió Samuel Sánchez a cincuenta kilómetros. «La primera semana es delicada. Hay mucho peligro, nervios... A ver si llegamos sin problemas a la contrarreloj, que es el primer test serio, y a ver qué tal nos encontramos. Pero antes hay que pasar la etapa de mañana ¯por hoy¯, porque en el Tour cada día puede ser importante», insistió.