Cada día más pobres
Otra vez el euribor para arriba. El BCE ha decidido elevar el tipo de interés de referencia hasta el 4,25%, con lo que quien está pagando una hipoteca automáticamente empobrece. A esto, hay que añadir la subida de la luz, la de los alimentos de primera necesidad -hasta el agua encarece- y todo lo demás. A Trichet, presidente del BCE, a su colega del FMI, al ministro español de Economía, al gobernador del Banco de España y a la patronal estas subidas se la traen al pairo, ya que sus retribuciones no tienen nada que ver con el umbral de pobreza en el que cada vez viven más personas. Ésa debe ser la razón por la que coinciden en una receta similar para hacer frente a la crisis que se resisten a reconocer: que la paguen las y los asalariados o, dicho en el lenguaje eufemístico de estas instituciones, moderación salarial para evitar efectos inflacionistas «de segunda vuelta». Los precios suben, pero ¡ojo! con subir los salarios. Eso a pesar de que el incremento en los convenios -quien lo tiene- está en mínimos históricos.
Por si todo esto fuera poco, la CEOE -a la que está afiliada y sigue fielmente sus directrices la patronal «vasca»- ya ha desvelado su propuesta para el diálogo social con Zapatero y sus adláteres en el marco del funesto Pacto de Toledo. La patronal propondrá al Gobierno y a los sindicatos avanzar «a corto plazo» hacia un sistema mixto de pensiones. El objetivo es que el Estado garantice una cuantía mínima de pensión y el resto se complemente con prestaciones privadas.
Por su parte, el Gobierno Vasco con la Ley del Complemento de Pensiones -con la que se llega a percibir en determinados casos el Salario Mínimo Interprofesional- pretende ir de adalid de la causa social. Algo es algo, pero -aunque es cierto que no tiene competencias en materia de Seguridad Social- no puede dejar de sonrojarse con el hecho de contar junto con las Diputaciones con un superávit de 1.396 millones de euros en 2007, mientras que -según sus propias estadísticas- en la CAPV 10.000 personas viven en una grave pobreza; 43.000 sobreviven sin tener cubiertas sus necesidades más elementales y 182.000 sufren una privación importante de recursos económicos. Minoritariamente mujeres.
Así es. Si miramos las cuantías de las pensiones desagregadas por sexo vemos que, como consecuencia de los roles de género -que distribuye la sociedad entre personas con empleo remunerado y personas con trabajo no retribuido- en general son mujeres las que cobran las pensiones mínimas y la mayoría de las pensiones no contributivas. En el caso de los hombres, al haber cotizado de modo ininterrumpido a lo largo de su vida laboral, la mayoría tienen pensiones más altas, aunque tampoco las de muchos de ellos lleguen a dignas.
Total, que si el Gobierno Vasco quiere liderar de verdad la política social basada en la dignidad y la justicia hacia las personas -como dice en su propaganda- que se deje de «vainas» y gaste lo que recauda con nuestros impuestos en ellas.