Admite que para un navarro resulta duro estar cada 7 de julio lejos de la fiesta, pero tiene la ilusión y esperanza de seguir fiel a su cita anual del Tour mientras le acompañe una fuerza que le permita ayudar a sus líderes.

¿Qué tal la primera jornada en defensa del maillot amarillo?

Ha sido una etapa tranquila. Se ha hecho un corte y hemos metido a Iván en un grupo de doce, de los que han salido dos en el puerto. Al final hemos visto los típicos nervios de las primeras etapas. Lo ideal es defender un maillot amarillo, pero esto desgasta mucho y es mejor perderlo, ir más tranquilos y que de coger el maillot sea el último día.

¿Recuerda cómo se le dijo que debutaba en el Tour en 1997 y cómo ha cambiado su papel en el equipo desde entonces?

La verdad es que cuando me lo dijeron estaba un poco acojonado. Primero un poco sorprendido por ir en mi tercer año al Tour. Había andado bien toda la temporada, pero no esperaba ese premio. Vine un poco timidillo porque no sabía qué me iba a encontrar, por mucho que te cuenten. De aquel Tour recuerdo que hubo mucha tensión. Llevábamos a Abraham Olano y, al ser mi primer Tour, no tenía experiencia, hubo muchas caídas. Me caí y me rompí la clavícula. Tuve que irme a mi casa, pero fue una experiencia bonita estar una semana en el Tour. Yo siempre he venido con la misma intención de ayudar a mis líderes, ha habido años en los que se torcían las cosas, que no respondía bien el líder y se retiraba y salían a escena otro tipo de objetivos como los personales de estar en escapadas. La victoria de Draguignan es el mejor recuerdo del Tour y he estado en muchas escapadas, con segundos, terceros y cuartos puestos. Pero últimamente, como los líderes no fallan, me toca hacer escapadas más tácticas y en lo personal es más complicado brillar.

Es muy querido por todos, ¿entiende que su trabajo se valora?

La figura del gregario se empieza a valorar no sólo dentro del ciclismo, también todo el público y la gente valora mucho ver a un hombre que da todo por su líder sin importarle lo personal.

¿Quiere decir mucho a su favor que haya sido un fijo en el Tour e iguale el récord de Indurain?

Siempre he dicho que ser fijo en doce Tours consecutivos demuestra que el equipo tiene mucha confianza en ti. Llevo un montón de años seguidos y se agradece. También he tenido la suerte de no tener ninguna lesión, he estado siempre en forma y han confiado en mí. Además llevo un récord muy difícil de batirlo, que he corrido once Tours y once Vueltas en once años. Son records personales y eso demuestra que estoy bien en forma y me valoran. Los líderes que he tenido me han querido llevar y es un poco todo.

¿Y cuantos Tours más correrá?

No sé. Si este año acabo a un buen nivel intentaré estar otro más, pero ya son muchos, tengo 36. Tampoco me he puesto un techo a mi carrera, tengo salud, no me cuesta entrenarme mucho, tenemos una buena grupeta de entrenamiento y eso es importante a la hora de salir a entrenarme, da vidilla.

¿Su pena es que su trabajo no ha podido compensarse con una vuelta de honor en París?

Con Miguel coincidí dos años en el equipo, pero son los que no llegué a ir al Tour. Desde el 97 he hecho dos segundos, con Zulle en el 99 y con Pereiro en 2006. Me hubiera gustado llegar con Óscar de líder. Entonces quedó segundo, aunque por circunstancias ha pasado a ser el primero. Me gustaría lo que todos queremos, que un año entremos en los Campos Elíseos tirando del carro.

¿Puede ser éste el año con la forma que muestra Valverde?

No estaría mal. Soy bastante cauto. El Tour es largo, hay que ir día a día y veremos qué pasa, pero ganar es muy difícil. Mis favoritos son Evans, Menchov y Valverde. No sé en qué orden. Si no gana Alejandro me gustaría que ganase Denis, porque es amigo y entrenamos juntos. Los dos son muy buena gente, aunque son muy distintos. Denis es tranquilo, Alejandro va más por impulsos, pero espero que este año vaya con menos impulsos, más tranquilo y que la experiencia le permita ir calmado en la carrera.

¿Qué significa para un navarro estar los 7 de julio aquí?

Al final es un poco de rutina que esté aquí, que vayamos al control de firmas con el pañuelico... Cuando sales de casa ves a los amigos que preparan los sanfermines, se nota el ambiente y te da un poco de cosa venirte para aquí, pero todo llega y en el futuro ya tendré tiempo de disfrutar en sanfermines. Merece la pena perdérselos por estar en el Tour. Cuando deje de venir el encierro no correré, pero ya daremos vueltas por ahí.

¿Cómo ve la carrera?

Este Tour es un poco diferente a otros, sin prólogos ni bonificaciones. En estos primeros días hay muchos nervios y en los siguientes igual, hasta coger Alpes y Pirineos. Será un Tour parecido, aunque igual más duro porque antes de Alpes se pasa por el Macizo Central.