GARA > Idatzia > Kirolak > Txirrindularitza

TOUR 2008 La desgracia se ha cebado con él tras sufrir dos operaciones, dos bronquitis y dos caídas en los inicios del Giro y del Tour

Soler comprueba en un año las dos caras de la misma moneda

La gran revelación del final del último Tour es el farolillo rojo y su futuro es muy dudoso porque teme que sufra una fractura de escafoides

p034_f01_111x111.jpg

Joseba ITURRIA | SAINT BRIEUC

Mauricio Soler acabó el pasado Tour como gran revelación tras ganar la montaña y una etapa y acabar undécimo en la general. Pero ha comenzado éste como protagonista negativo por una caída en la primera etapa que le deja como último de la general a más de diez minutos de Valverde y con su futuro en la prueba pendiente de un hilo.

Aunque en el comunicado que hizo público ayer el servicio médico del Tour se recogía que en las radiografías realizadas en sus dos manos el sábado en un hospital de Vannes no han encontrado una fractura ósea, en su equipo sospechan que la tiene en la mano izquierda, en la que sufre muchos dolores sin poder levantarse en la bicicleta.

El manager de Barloworld, Claudio Corti, explicó a GARA en la llegada que «debemos pasar dos días para hacer una nueva radiografía y ver si tiene una fractura de escafoides. Si la tiene no podrá continuar. Hoy ha hecho una demostración de carácter porque estar en el Tour en esta situación no es fácil. Con una fractura de escafoides no se puede frenar, ni ponerse de pie, ni trazar bien las curvas. Además tiene una torsión en la mano derecha y su continuidad en la prueba está muy complicada. La torsión puede mejorar y, si no se confirma la fractura en dos días, la otra mano también puede recuperarse. Es lo que espero, pero sus síntomas hacen temer por la fractura».

Claudio Corti añadía que ayer «ha sufrido dolor, pero espero que siga y aguante otro día más hasta hacer una radiografía. Su ánimo está muy bajo, pero el del equipo está bien. Hunter ha hecho cuarto en una llegada difícil para él y creo que tenemos corredores para estar en muchas escapadas. Vamos a intentar lograr victorias como lo hicimos en la pasada edición».

Annus horribilis

Soler explicaba a GARA antes del calvario de ayer la historia de una temporada marcada por la desgracia. Fue sometido a dos operaciones al final de la pasada y destacaba que «este año ha sido muy difícil. Tuve dos anestesias generales en un mes y he sentido que no he vuelto a ser el mismo. No me encuentro a un nivel alto, cojo cualquier resfriado y se me va el peso y las defensas. Pienso que tendré que recuperarlas para el futuro. He tenido dos bronquitis, una al terminar Castilla-León y la otra una semana antes del Giro, cuando fui a mirar las etapas de alta montaña. Luego tuve la caída del Giro y la fractura en una mano de la que no me había recuperado totalmente, Me dolía antes de salir de Brest, pero esperaba terminar de recuperarme y hacer un buen Tour como el año pasado cuando llegó la caída de la primera etapa».

Todos los problemas motivaron que llegara a Brest con muchas dudas «por el problema de la fractura. No he podido prepararme como quería y hacer los trabajos específicos que me habían mandado los entrenadores, porque sentía mucho dolor en los trabajos de fuerza e intensidad. Me he entrenado mucho como podía con una sola mano. Tras retirarme del Giro fui a Colombia y estuve en casa a 2.300 metros de altitud. Me he entrenado mucho en altura, he hecho bastante montaña, pero me faltaba ritmo de carreras. Llegué aquí con sólo 18 días de competición y era un hándicap. La última semana intentamos trabajar el ritmo de carrera haciendo tras moto, pero no es lo mismo que competir. Esperaba aguantar estos primeros días para volver a coger el ritmo y...».

Lo que tiene claro es que, aún en el caso de que se descarte la fractura, sus expectativas en el Tour no serán las esperadas. «Al final del año pasado la idea y el objetivo era apostar todo para el Tour para tratar de estar en el podio. Si hubiera tenido la condición ideal este Tour sería más favorable que el del año pasado, porque no había tantos kilómetros contrarreloj ni bonificaciones. Las cronos son más cortas y hay varias llegadas en montaña y si un escalador anda muy bien podía aspirar a todo. En ausencia de Contador, Riccó puede ser un favorito tras su gran Giro».

Su temporada se basaba en Giro, Tour y los Juegos. Abandonó en Italia y puede hacerlo pronto en su segundo objetivo, lo que complicaría el tercero, pero siente que su brillante debut en el Tour y su juventud le permiten mirar al futuro con optimismo. «Es una carrera muy bonita que se adapta a mis condiciones. El año pasado no había preparado ni una sola contrarreloj y sólo con el ritmo de la carrera la última crono y la de Burgos fueron fantásticas. Donde arrancaba en la montaña me iba y espero que en el futuro sea lo mismo. Haciendo una preparación específica como el año pasado se puede estar cerca del podio. Somos por fortuna jóvenes y tendremos que intentar corregir los errores y ver si llegamos a estar ahí en el futuro».

Un Tour que cambió su vida

Admite que su vida cambió tras ser la revelación de 2007. «Gracias al Tour le cambia la vida a uno. En el plano personal mucha gente me conoce, quiere verme, me distingue y por eso quiero seguir en esa línea y demostrarme lo que podemos llegar a ser capaces. Porque también en el plano deportivo la responsabilidad es mayor. El año pasado sólo era un integrante del equipo y ahora soy prácticamente el capitán del Barloworld y espero poder responder a toda esa confianza».

También ha pasado de ser una persona con poco dinero a mejorar mucho su situación económica. Soler recuerda que «vengo de una familia muy humilde de agricultores. He hecho un poco de escuela, pero comencé a montar en bicicleta y le he dedicado el 100% a la bicicleta y lo seguiré haciendo hasta que me retire. En eso no he cambiado. Sigo haciendo lo mismo y espero hacerlo bien».

No ha querido olvidar su humildad para siempre, aprovechando su Tour, para buscar el mejor contrato. Ya indicaba el año pasado que pensaba seguir en el mismo equipo pese a estar fuera del Pro Tour y convertirse en un corredor cotizado. Cumplió su palabra. «Después del Tour renovamos por dos años. Es lógico que haya habido más ofertas, pero en agradecimiento al equipo, a Corti y a las personas que han tenido la paciencia de trabajar conmigo y que me han dado la posibilidad de estar aquí he decidido seguir dos años más. También sabía que tenía dos operaciones pendientes y hablamos con Claudio Corti para realizar la cirugía de la mano y de la nariz. Por eso estuve tanto tiempo sin montar en bici, pero pensaba que nos podía ayudar mucho. Las hicimos para mejorar y estos gastos los ha asumido el equipo. Por esto decidí quedarme aquí, porque sabían las condiciones en las que estaba antes del Tour». Pero desde las operaciones, padece un auténtico annus horribilis.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo