Rafael Nadal se adjudicó la final mas larga del torneo de Wimbledon, el más antiguo del mundo que se celebra desde 1877 en categoría masculina. El cuatro veces campeón de Roland Garros, prácticamente invencible en tierra, demostró su mejoría también en hierba al imponerse a Roger Federer por 6-4, 6-4, 6-7 (5/7), 6-7 (8/10) y 9-7.

El suizo pretendía levantar en el All England Club su sexto trofeo del tercer Grand Slam de la temporada y de paso superar el récord de Bjorn Borg. Pero como al legendario sueco le ocurrió en 1981, cuando se quedó a las puertas del sexto título porque John McEnroe se lo impidió, Federer tendrá que esperar. Tanto Borg como McEnroe asistieron en directo a una escena que últimamente se repite con frecuencia. La final tenía a los dos hombres habituales en los tres últimos años, el número uno contra el número a dos. El clásico del momento, con los mismos protagonistas en seis finales del Grand Slam.

Federer, verdugo del español en las dos anteriores ediciones de Wimbledon, llevaba 40 victorias consecutivas en La Catedral que Sampras, el campeón de siete ediciones aunque no consecutivas, definió no hace tanto como el jardín de su casa. Nadal acabó en una final épica con la imbatibilidad del suizo en hierba, que le había llevado a encadenar 65 partidos consecutivos y duraba desde 2002.

Un mes después de Roland Garros, la tierra batida de París escenario de una humillación histórica para el elegante jugador helvético, los mismos protagonizaron una final igualada e intensa en la humeda hierba inglesa. Nadal, ganador de doce de los 17 enfrentamientos mantenidos ante el suizo, se apuntó ayer el más importante. El manacorí ha vivido su mejor año en hierba y lo demostró en el escenario de mayor prestigio.

El partido tuvo de todo -lluvia, sol y viento-, y hasta la meteorología contribuyó a alargar la jornada e incrementar la tensión a causa del retraso en el comienzo del partido y a dos posteriores interrupciones en el tercer y el quinto set.

El techo desplegable sobre la pista, que esperan estrenar en la próxima edición, evitará estos problemas. Pero la prolongación, esas casi cinco horas de juego al máximo nivel -4 horas y 48 minutos de reloj que terminaron levantando al entregado público en las gradas cuando ya anochecía en Londres-, se debieron al trabajo de ambos contendientes. Llegados al momento de la verdad, Federer peleó cada punto. Aunque el pentacampeón logró 25 aces, Nadal, con 6 saques directos, se apuntó 209 puntos frente a los 204 de su rival. También cometió menos errores no forzados, 27 por los 52 del helvético.

Más rico en euros y puntos

Nadal es desde ayer un poco más rico. El triunfo le supuso un cheque de 750.000 libras (unos 947.584 euros) así como 1.000 puntos en el ránking de la ATP, mientras que el helvético recibió 375.000 libras (473.792 euros) más 700 puntos por haber disputado la final. Aunque el español supera la barrera de los 6.000 puntos está a 900 del helvético. Con 22 años atesora ya 28 títulos, cinco de ellos del Grand Slam. Las cifras de Federer son mejores. Con doce grandes, aspira a superar los 14 de Sampras. Pese a ser el favorito del público por su calidad y sus maneras el de Basilea ha vuelto a perder una oportunidad. En 2008, Djokovic se llevó el Open de Australia y Nadal Roland Garros y Wimbledon.