Tragedia a las puertas de Europa
El sueño por un futuro mejor vuelve a truncarse para quince inmigrantes
La tragedia se ha vuelto a cebar en un grupo de inmigrantes que buscaba un futuro mejor en Europa. Quince personas, nueve de ellas menores de cuatro años, murieron en la travesía, elevando a 29 los fallecidos en los últimos tres días.
GARA | ALMERÍA
Partieron desde Alhucemas, capital del Rif, en la madrugada del viernes y, tras soportar el temporal por el que una patera naufragó el lunes frente a las costas de Motril (Granada), causando la muerte de catorce de sus ocupantes, el motor de su lancha se estropeó y les dejó a la deriva en alta mar. El agua y los alimentos se agotaron en cuatro días. Dos días después fueron localizados y rescatados los supervivientes.
Quince muertos, entre ellos nueve niños de entre uno y cuatro años, es el balance de este trágico suceso, el segundo que se produce frente a las costas españolas en tan sólo tres días.
Cinco de los 33 supervivientes permanecen hospitalizados en estado muy grave. Tres de ellos son mujeres -una de las cuales ha perdido el hijo que esperaba-, un hombre y el único bebé que soportó las condiciones de un viaje «muy duro y en condiciones climatológicas muy adversas» en el que los inmigrantes carecieron de alimento y bebida durante dos días.
La tragedia se presagiaba cuando, sobre las 23.55 horas del miércoles, se inició en el puerto de Almería el desembarco de los rescatados, a la mayoría de los cuales efectivos de la Guardia Civil y voluntarios de Cruz Roja tuvieron que trasladar en brazos porque no se sostenían en pie.
La lancha neumática en la que viajaban estas 48 personas procedentes, en su mayoría, de Kenia, Gambia, Nigeria, Camerún y Senegal, superó el temporal que hizo naufragar el lunes otra embarcación, pero perdió el rumbo y, tras sufrir una avería en el motor, navegó a la deriva.
Cuatro días después de su partida se agotaron el agua y los alimentos y los niños y los cinco adultos más débiles fueron los primeros en morir a causa de la inanición, la hipotermia y la deshidratación. Los supervivientes arrojaron los cadáveres al mar. Los supervivientes esperaron a divisar la costa el miércoles por la tarde para efectuar llamadas de aviso a los servicios de emergencia, la primera a las 18.00 de la tarde, pero no fue hasta bien entrada la noche que se localizó la lancha. Una de las mujeres falleció durante la operación de rescate.
Las dos tragedias ocurridas en tres días que elevan a 29 el número de fallecidos y sitúan a julio como el mes con más inmigrantes en situación irregular muertos al intentar alcanzar las costas españolas. Según datos recabados en los medios de comunicación, en 2008 habrían muerto 69 personas al tratar de llegar a Canarias y a Andalucía, aunque la cifra total es difícil de concretar ya que la mayoría de los muertos desaparece en el mar y sólo el testimonio de los supervivientes permite hacer una aproximación.
Según la Asociación pro Derechos Humanos de Andalucía, un total de 921 inmigrantes habrían fallecido en 2007 en su intento por llegar por mar al Estado español. El cómputo, elabo- rado con datos del Ministerio español de Interior y de la Guardia Civil, así como por organización ubicadas en los países de origen o tránsito, dista mucho del estimado por los responsables del estudio que calculan que pudo rondar los 3.500.
Mucha más suerte tienen los que consiguen llegar, aunque tengan ante sí un incierto futuro. Son la isla italiana de Lampedusa, Canarias, Grecia, Chipre y Malta, las principales puertas de entrada a Europa para los inmigrantes africanos. Según datos oficiales, en el primer semestre del año Lampedusa recibió cerca de 20.000 inmigrantes «sin papeles», unos 400 diarios. Por detrás le siguen Grecia, donde 5.332 personas fueron detenidas cuando entraron de forma irregular en país, y Canarias, con 3.737 inmigrantes arribados a sus costas.
Ayer, otras tres pateras fueron interceptadas cerca de Motril, Melilla y Almería, con un total de 141 inmigrantes, la mayoría en buen estado de salud.
La directiva europea contra la inmigración aprobada el lunes ha comenzado a levantar olas en África, a la que Senegal insta a reaccionar ante lo que algunos describen como un «muro» erigido por Europa frente a los «desesperados» del Sur.
El Encuentro Africano para la Defensa de los Derechos Humanos (RADDHO), una ONG radicada en Dakar, expresó ayer su «grave preocupación» en relación a «las primeras medidas que inauguran la Presidencia francesa de la UE».
Mientras África se ve afectada de lleno por las crisis mundiales del petróleo y los alimentos, la llamada «directiva de la vergüenza» va a acentuar, a su juicio, la «vulnerabilidad y criminalización de la inmigración y el derecho de asilo».
Por eso, exhorta a la Unión Africana (UA), «que se encierra en un silencio ensordecedor», a que demuestre más «celeridad para proteger a sus ciudadanos».
Senegal, donde la emigración es antigua y donde el dinero recibido de la diáspora es superior a la ayuda pública al desarrollo, pidió el miércoles a África que prepare su respuesta. El ministro senegalés de Asuntos Exteriores, Cheick Tidiane Gadio, consideró el miércoles urgente y necesario «promover firmemente nuestra visión de una migración concertada y no elegida y de un enfoque global y no específico.
Añadió que África, en respuesta, deberá preparar su propia directiva y confió en que algún día ambas normativas confluyan, a través del diálogo, en una única directiva euroafricana, concertada, sobre migración.
Mientras el Gobierno de Silvio Berlusconi aplica la mano dura contra los inmigrantes en situación irregular, en el primer semestre de 2008 la isla de Lampedusa ha recibido una media diaria de 400 «sin papeles».
Tres embarcaciones con unos 200 inmigrantes de África occidental a bordo fueron interceptados frente a la costa de Mauritania cuando se dirigían hacia Europa. Dos de las embarcaciones sufrieron averías y la tercera fue devuelta por Marruecos.
SOS Racismo lamenta la «indignante cronificación» de muertes y desapariciones de personas que asumen arriesgar sus vidas movidas por el impulso de lograr un futuro mejor.
El Parlamento Europeo reclamó ayer al Gobierno de Italia poner fin a la recogida de huellas dactilares de los gitanos, incluidos niños y ancianos, que está llevando a cabo para elaborar un censo de los que viven en el país, ya que considera que «constituiría un acto claro de discriminación basado en la raza y el origen étnico», y le instó a acabar con sus políticas de exclusión contra esta etnia. Además, pidió a Roma que no utilice las huellas ya recopiladas a la espera de que la Comisión Europea evalúe esas medidas.
Consideró «inadmisible» que, con el objetivo de proteger a los niños, que tanto pregona Italia, «se violen sus derechos fundamentales y se les criminalice» y, en este sentido, asegura que la mejor forma de defender a los menores gitanos y protegerles frente a la explotación es garantizar su acceso a la educación, la vivienda y la asistencia sanitaria, mediante políticas de integración.
Roma no tardó en reaccionar y mientras su ministro de Exteriores, Franco Frattini, dijo que respondía al «desconocimiento de la situación real», su homólogo en Asuntos Europeos, Andrea Ronchi, señaló que se trataba de «uno de los peores aspectos de las instituciones de la UE»y expresó su rechazo e indignación por «las acusaciones de racismo».