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Josu Imanol Unanue Astoreka Gizarte ekintzailea

Patrimonios de la humanidad

Son años hablándonos de que aquí se vive mejor que en ningún otro lugar, pero omiten el coste de esta dinámica, nos dan índices de ocupación laboral omitiendo las condiciones , el origen de la riqueza, los accidentes o las discriminaciones por sexo, edad...

No hay que quitar méritos a la nueva decisión que eleva tres cuevas rupestres de nuestra tierra a dicha categoría por parte de la Unesco, aunque siempre es mejorable la decisión y quedan muchas más en el baúl del olvido o a punto de desaparecer por la sinrazón de una cantera e intereses de los que de esta tierra han hecho negocio. Claro que para patrimonio y personal, el de Josu Jon, que ve pagada su aportación al partido con un puesto que ya quisieran muchos, eso sí que es hacer patria o ¿será que el lema de «Euzkadik behar zaitu!» significaba justamente eso?

Euskaltel, FAES, EITB u otras empresas tienen entre su nutrido grupo de asalariados a un montón de políticos cuyo mérito ha sido agradar al sistema, poner altavoz a la gestión demencial de esta tierra, a su división territorial y cultural, a la represión o al apoyo a actuaciones antidemocráticas. Estos poseedores de cargos de agradecimiento político han hipotecado el futuro con la construcción de infraestructuras y servicios, que sólo para su mantenimiento ya suponen una gestión similar a la actual en el futuro. Es el patrimonio que nos corresponde por decenas de años «haciendo país» con millones de euros dirigidos a constructoras de amigos, estamentos más o menos públicos, fundaciones, asociaciones o personas particulares que con sólo poseer un plus de simpatía tipo carné de partido, ven gratificadas sus necesidades generosamente.

Leyes y legisladores a medida haciendo vista gorda ante canteras, chalés, pistas de golf, pantanos, expropiaciones, constructoras..., es la patria del interesado y el nulo compromiso con la generación venidera que verá hipotecadas sus esperanzas con el crecimiento destructivo actual, poca energía alternativa, ninguna labor social y el agravamiento con un tejido social reivindicativo ya domesticado o anulado, por los que incluso se reclaman de izquierdas y son de derechas en sus actuaciones diarias.

Patrimonio como el que nos dejan en una costa arrasada, índices de contaminación bestiales y la cultura de destruirlo todo cuanto antes. Cuesta mentalizar de esta manera pero lo han logrado, son años hablándonos de que aquí se vive mejor que en ningún otro lugar, pero omiten el coste de esta dinámica, nos dan índices de ocupación laboral omitiendo las condiciones en las que se trabaja, el origen de la riqueza, los accidentes o las discriminaciones por sexo, edad... Nos han vendido el país perfecto aunque como proyecto de futuro ni se lo plantean, ni existe, ni será viable en las claves de actuación actuales.

Por eso, la noticia de la Unesco nos habla más de proteger la gestión de estas riquezas que del actual proceso de destrucción de las mismas. De todas formas, no deja de ser cómico que los que se felicitan por el logro, omitan que están destruyendo Praileaitz o infinidad de parajes aún de gran valor con su TAV, como antaño con el bodrio de la nuclear en Basordas... todo vale por la patria del «dinero» y el interés del capitalismo cruel, duro y puro que potencian. Es el Patrimonio de la humanidad en vías de extinción.

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