Los restos mortales de 308 víctimas de la matanza de Srebrenica, la más grave ocurrida en Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, fueron sepultados ayer en el centro memorial de Potocari ante la presencia de más de 30.000 personas. Ayer se cumplió el decimotercer aniversario de la muerte de 8.000 musulmanes a manos de tropas serbio bosnias. El jefe de la comunidad musulmana de Bosnia, Mustafa Ceric, pidió a Bruselas que declare el 11 de julio «día de luto» en Europa. «En este día, todas las naciones europeas deberían dejar claro que nunca tolerarán un nuevo genocidio y holocausto», resaltó.

«Perdí todo lo que tenía. Mi vida ya no vale nada », manifestó una sobreviviente mientras observaba los ataúdes. Esta mujer perdió a gran parte de sus familiares, cuyos cuerpos aún no han sido encontrados. En Bosnia se siguen descubriendo fosas comunes. En la aldea de Pusmulici, cerca de Srebrenica, acaban de hallar siete esqueletos.

Los principales inculpados de genocidio por el Tribunal Penal para la antigua Yugoslavia en relación a este matanza, Radovan Karadzic y Ratko Mladic, continúan prófugos.