El vicepresidente del Parlamento afgano, Burhanulá Shinwari, elevó a 47 el número de civiles muertos, la mayoría mujeres y niños, en el bombardeo estadounidense del domingo en Jalalabad, en la provincia de Nangarhar, fronteriza con Pakistán. Las víctimas, que asistían a una boda, acompañaban a la novia en el momento del bombardeo. En contra la versión de Estados Unidos, Shinwari, encargado de la investigación, aseguró que «no había ni un talibán y mucho menos un miembro de Al Qaeda en varios kilómetros a la redonda respecto al lugar del ataque». Sólo dos días antes, el 4 de julio, otros 17 civiles perdieron la vida en un ataque aéreo en Nuristán.